El arte de los toros se combate con el arte de la inteligencia

  20/07/2015

Guillermo_Ares_Opinion

Antes que nada, establezcamos qué es "arte", si vamos a cualquier diccionario veremos que todo lo que se dice sobre "arte" está relacionado con la belleza y el buen hacer.

Convengamos entonces que la fiesta de tirar toros y vacas al agua o de correr delante de ellos no tiene mucho que ver con la belleza y a la vista de los resultados, tampoco con el buen hacer.

Pero, siempre hay un pero, hay un grupo de personas que sin saber a fondo qué es arte, así llaman a este juego algo pasado de tiempo.

Antes, hace muchos años, no había muchas diversiones en los pueblos y, aun siendo ciudades tenían poca población y menos entretenimientos de los que pueda haber hoy.

Esto generaba cierta necesidad de inventar actividades generalmente directamente relacionadas con sus recursos, ganado y mar fueron una buena combinación en su momento ya que en sus escasas culturas los lugareños querían emociones fuertes y tirar una vaca al campo o un pez al mar no era muy creativo que digamos.

Así surgieron estos juegos con altos componentes de barbarie y ninguna necesidad de "arte" ¿recuerdan el significado? Ya que en aquellos años eran muy divertidos porque servían de excusa para emborracharse y mostrar a alguna moza lo valiente que se era al enfrentarse a una vaca y tirarse al mar con ella. En el estado de embriaguez que llevaban más que valor era incoherencia sumada a la incapacidad de destacar por la inteligencia intentándolo "a lo burro" o a la vaca.

Quienes estamos en contra de estos juegos con animales, combatimos de muchas formas diferentes por un estado de sensatez inalcanzable ya que se consigue prohibir la fiesta, pero eso no hace que quienes la defienden cambien de opinión.

Es un problema cultural que sólo se puede modificar desde la información y la formación, dos cosas que en estos últimos años brillan mucho por su ausencia en nuestra sociedad.

Por esta razón, salir una docena de personas a un ruedo donde hay un millar, con una pancarta en contra de aquello que esos miles están esperando ansiosos, no es un modo inteligente de combatir.

La violencia genera violencia, los niveles etílicos aumentan la agresividad con el calor, finalmente la cosa acaba en palos y un final de fiesta otra vez bestial.

Tal vez habría que provocar una estampida de miles de búfalos como en las películas del oeste americano que atropellara a todos los humanos que encuentren a su paso tirándolos al mar.

O tal vez, difundiendo conocimiento, educación y cultura se consiga con el tiempo, erradicar juegos antiguos y bárbaros por otros más modernos e inteligentes.

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