Excursionando por la comarca: El sur de la Safor (XII)
Siguiendo la tónica de ir recomendando algunas visitas o excursiones que iniciamos hace algunos años para esos días en que el visitante, el turista, el viajero e incluso el indígena se encuentra sin saber que hacer, pero con ganas de pasar el tiempo de forma útil, aunque relajada, le ofrecemos alguna alternativa para conocer zonas de nuestra geografía y con las que se enriquecerá al menos culturalmente, sabiendo que cultura es historia, tradición pero también gastronomía y hasta recorridos culminando el día con un cansancio que fortalece cuerpo y cerebro, músculo y alma.
Lo primero es preparar la visita: recopilar datos en oficina de turismo, conectar con alguna persona del lugar a donde vamos a ir porque de esta forma tendremos mucho adelantado y dejarse aconsejar sobre la mejor forma de realizar la excursión.
En esta ocasión el grupo de amigos con el que venimos realizando estas visitas, dijimos de ir a algunas poblaciones del sur de la Safor. Nuestra pretensión era visitar tres poblaciones teniendo como centro La Font d'en Carrós y extendernos hacia Potries y Villalonga. Nos sirvió como anfitriona la amiga Mercé Millet, eficiente y hospitalaria así como buena asesora en esta visita. A la Font hay que entrar por Oliva. Podíamos ir desde Oliva directamente; pero optamos por ir pasando por Alquería de la Condesa y Rafelcofer y aunque el camino es un poco más largo, también el paisaje es digno de admirar. En La Font repusimos fuerzas en el Bar Centro y allí diseñamos la estrategia a seguir.
Por un camino asfaltado pero de carácter casi agrícola nos dirigimos a Potries (su nombre, como explica Josep Piera "tens nom de terra i aigua pastades amb l'art de les mans durant segles" ya nos dice muchas cosas) donde nos esperaba Alberto Vàzquez, el responsable del patrimonio de la municipalidad donde nos fue explicando el origen de la población y su relación con el agua y con diversos procesos alfareros. Nos recibió al pie de la muralla que linda con el Ayuntamiento y en la misma casa consistorial nos fue relatando los pormenores históricos de la población y como fue pasando de señor en señor, como se fue gestando el edificio y como la presencia de cerámica en suelos y paredes es indicativa de la procedencia valenciana o de su entronque islámico.
Potries ha hecho del agua, un rasgo definitorio. El Serpis ha sido aprovechado para su utilización agraria y de esa cultura se aprecian testimonios en el Museo Etnológico de la población. En la visita a la Casa-Palacio en que se ubica el Ayuntamiento, construida con anterioridad a 1611, pudimos ver una puerta con cinco cerraduras que necesitaba de cinco llaves, cada una llevada por su responsable, para tener acceso al recinto donde se podía derivar el agua hacia un lugar u otro en función de las necesidades y que obligaba a la presencia de los cinco responsables.
Acto seguido pasamos al edificio en proceso de restauración que alberga la alfarería de Ángel Domínguez donde se apreció de forma didáctica el proceso que seguía la producción de los cacharros alfareros. No pasamos por alto la etapa del esplendor del cultivo de la caña de azúcar, del cultivo de la morera en relación a la cría del gusano de seda ni la etapa en que llevaban pasa de sus riuraus, a Denia en el siglo XIX.