Excursionando por la comarca: la Marjal Pego-Oliva (VIII)

  27/08/2011

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En el año 2007 comencé una serie de colaboraciones con el epígrafe de 'excursionando por la comarca' al objeto de dar ideas sobre pequeñas excursiones que desde Xàbia podían realizarse tanto por los naturales de esta villa como por los que nos visitan y que tenían por finalidad al mismo tiempo conocer aspectos de nuestra rica comarca.

Hay muchas ocasiones en que el viajero o el turista, ante un día nublado, se encuentra impotente y se 'aburre'. Pero no sólo era el objetivo aprovechar los días nublados, sino que ampliara su visión de esta tierra con el fin de que al regreso a su lugar de origen tuviera algo que contar distinto a la visión sólo de playa y ocio. Por esta serie he hablado de Benidoleig, Parcent, Orba (año 2007); los riuraus y la Seranda, la Vall d'Ebo y la cova del Rull, Xalo, Tárbena (año 2008); las tierras del Caballo Verde (año 2009) y ahora recalo en la marjal Pego-Oliva.

32142025_Paco_codinajaveaEn nuestra comarca y lindante (La Safor) hay una población que está eclipsada por otras dos poblaciones. Se trata de Oliva, la patria de Gregorio Mayans. Gandia y Denia acaparan la atención del viajero y del turista que no vislumbra en el horizonte a Oliva. Algo parecido ocurre con Pego que al tratarse de un lugar de interior, aunque desde allí se puede ver la costa mediterránea, es bastante desconocida para nuestros visitantes.

Dejaremos estas dos poblaciones para otro momento y ahora nos ocuparemos de un entorno natural que las une: se trata de la marjal Pego-Oliva. Este año desde la dirección del parque natural se organizan una serie de visitas cada semana en los meses de julio y agosto y parte de septiembre, aunque es necesario inscribirse para participar en las mismas. Pues bien, este año he participado en esta visita que desde aquí aconsejo.

La visita diseñada transcurre por la ruta denominada 'el río Salinar'. Es curioso que ya el cronista Escolano nos hablara en 1610 de una zona donde hoy hay unos restos de una casa de piedra que llaman 'el Blau del Calapatar', cuya etimología nos lleva a la construcción de barcas para la marjal por algún 'calafat'.

Vicente, que así se llama el guía que nos introduce en este Parque Natural, nos va deleitando con su experiencia y conocimientos de aquellos detalles de interés para los que con él vamos. Nos habla de que no es lo mismo agua limpia que agua de piscina y que la de la marjal es un agua con vida propia donde últimamente se están produciendo una serie de cambios cuyo fundamento son causas diversas entre las que cabe destacar la desaparición de otros humedales en el entorno geográfico o la introducción de algunos especímenes exóticos que dañan a los autóctonos. En su explicación hay siempre un sentido didáctico.

Pero de este conocimiento que nos transmite también hay aspectos del pasado que nos recuerda como el uso de la enea que hoy ha sido desplazada por los plásticos y que alcanza alturas superiores a los tres metros en esta marjal. También nos habla como se cultivaba el arroz 'bomba' antaño realizándose planteles y requiriendo para su plantación mucha mano de obra y mucho tiempo y hoy un helicóptero y cinco hombres pueden realizar esa tarea en una mañana. Vemos también en este recorrido como hubo momentos en que otras ideas propugnaban por el aterramiento de la marjal, pero que cambiaron el rumbo de los objetivos y hoy podemos disfrutar de este paraje sin par en este lugar, entre Pego y Oliva.

Otros estíos hubo visitas a la marjal en una barca que parece ser promovía algún ente municipal. No deberían dejarse a un lado porque esta visita complementada con la de un recorrido por las láminas de agua nos daría una perspectiva mucho más enriquecedora.

El recorrido es todo llano y perfectamente 'digestible' por personas de juventud acumulada, porque además, Vicente, pasea por la marjal lo que es de agradecer.

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