GUILLERMO ARES/ Estamos creando generaciones de descerebrados

GUILLERMO ARES/ Estamos creando generaciones de descerebrados
  20/02/2017

 

No es que lo diga yo, lo dicen los estudios sobre las nuevas generaciones, aseguran que la Era del Iphone reduce la capacidad de comunicarse hasta lo insospechado.

            Se está creando una generación de mutilados cerebrales inmersos en la desidia, en el no importa y en el qué más da.

            El nivel de desinterés por las cosas cotidianas o la historia, es cada vez más alto y amplio, día a día se demuestra menos interés por casi todo lo que no sea un videojuego o un chat de texto corto, cercenando palabras en frases casi ilegibles de poco contenido y significado.

            La comunicación personal va desapareciendo, las parejas se hablan de una habitación a otra o desde dos cuartos de baño de una misma casa mediante whatsapp o messenger, incluso por facebook.

            El móvil es tecleado en las mesas a la hora de las comidas, en casa y en restaurantes.

            Ya no se va a la casa del vecino a preguntar cómo está, se le manda un whatsapp.

            En el cine o viendo la tele, se despistan perdiéndose el hilo de lo que puedan estar viendo porque reciben un mensaje y lo contestan.

            La dependencia del móvil o la tablet empieza a ser un verdadero problema de adicción con todos los inconvenientes que ello significa.

            La información es cada vez más reducida, la formación más escasa con el resultado de cero interés por aquello que está pasando a nuestro alrededor, cuanto más en lugares lejanos.

            Así se pierde la noción de dónde estamos y por qué vivimos.

            Se está perdiendo el romanticismo, si es que queda aún algo.

            Sólo importa sobrevivir, eso sí, en contra del sistema, sea cual sea pero en contra de toda organización, reglas, normas y protocolos.

            Comentando con una joven de veintitrés años exactamente la relación de cuatro viajes que debo hacer esta semana, me preguntó cómo era capaz de recordar el origen y destino de cada uno, la fecha y hora de salida y previsión de llegada ya que se lo estaba contando “de memoria”.

            Ella, dijo, debería apuntarlos o su cerebro no sería capaz de guardar tanta información.

            El progreso avanza tan rápido que es imposible mantenerse actualizado y a la vez informado históricamente hablando.

            Cuando empezamos a aprender un sistema ya está saliendo uno nuevo obligándonos a abandonar el anterior sin haberlo aprendido a fondo, así navegamos sólo por la superficie.

            Dicen que el ser humano va atrofiando aquello que no utiliza, cuidado con el cerebro, va de camino a desaparecer.

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