La carta del hijo

  02/06/2014

Guillermo_Ares_Opinion

Queridos padres:

Quiero agradeceros que cuando de niño pregunté dónde está Australia la respuesta fuera que le pregunte a mamá que es la que guarda todo.

Porque así no supe nunca dónde está Australia ya que en casa no era un tema interesante ni había libros donde consultarlo.

Pero sí aprendí a que mamá lo hacía todo, la cama, la comida, la colada, la plancha, la compra, ponía la mesa, la recogía y fregaba los platos.

Gracias a esa fórmula cada vez más elaborada, fui creciendo y aprendiendo que papá no ganaba mucho, pero sí lo suficiente para tener en casa la última tele donde ver el mejor fútbol y conectar la Game para ilustrarme en las luchas virtuales de los más violentos juegos.

Luego vino el alcohol y el tabaco, el inocente porro, todo estaba en casa, el mejor ejemplo para ir luego a la calle a defender la mejor educación de mis papis.

Gracias padres míos, sin estos consejos jamás hubiese superado la depresión de no tener trabajo o de encontrarme ya casi adulto en mi querida habitación de niño y adolescente que pronto convertiremos en "de matrimonio", así mi casa no será un caos de calcetines por el suelo, ropa sucia, comida basura y cama sin hacer.

Ni hablemos ya de las broncas que me he llevado para aprender todo esto, las bofetadas serán inolvidables, ¿quién se acuerda de charlas sobre historia, política o si "a ver" se escribe "haber" o si "haber" se escribe "a ver"?

Eso no interesa a nadie, como mucho una buena bronca (a saber por qué) y un par de leches, eso sí era una familia.

No olvidéis, padres míos, que gracias a vosotros me gradué en la Universidad de la Calle, doctor en Bordillos de Acera y que comparado con quienes pudieron tener otra vida, tampoco han conseguido mucho más, sólo algunos, algún dinero y poder, y están tan agradecidos a sus padres como yo a los míos.

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