La cuesta de enero
Verónica Monsonís (*)
Tras los excesos navideños llega la cuesta de enero y, en muchas economías familiares, aparecen las dificultades para llegar a final de mes. Quizás sea éste el momento de volver a plantearnos ciertos gastos o hábitos que nos permitan hacer más suave la “cuesta” y que nos faciliten pensar y organizar para el futuro nuestro “plan de costes”.
En enero se producen las subidas de la mayor parte de los productos y servicios que consumimos (electricidad, teléfono, gas, pan, transportes públicos, etc.); Si además tenemos en cuenta el pago de las compras realizadas con tarjeta, veremos que el gasto mensual ha de ser superior al de meses antecedentes.
Para muchas personas el entusiasmo desbordado para la temporada navideña se acaba al llegar a este mes, cuando se enfrentan otra vez a la realidad; es entonces cuando trastornos psicológicos como angustia y depresión aparecen a través de síntomas como apatía, insomnio, falta de apetito, agotamiento, fatiga, irritabilidad,...
Según algunos estudios, en los primeros meses del año, 8 de cada 10 personas que acuden a servicios de salud mental presentan problemas. Se sugiere realizar ejercicio con regularidad y alimentarse de manera saludable. Si presentas alguno de los síntomas emocionales derivados de la “cuesta de enero”, el tratamiento incluye terapia psicológica especializada, y e su caso, la prescripción de ansiolíticos y antidepresivos. Otros métodos para no padecer angustia, apatía y depresión es planear un proyecto de vida con metas definidas de acuerdo a tus propias posibilidades; economizar organizando el gasto familiar que permita adquirir lo necesario por orden de importancia; y prevenir gastos. Cuidado... porque en este mes y coincidiendo con la escasez de recursos que en muchos hogares se presentan, tienen lugar las rebajas comerciales más importantes del año. No te dejes llevar por las tentaciones, y adquiere solo aquellos productos que consideres indispensables. No pongas la excusa de que “ir de compras” es una buena terapia para la depresión; recuerda que, si no tienes bastante solvencia económica o andas más ajustado de lo habitual, comprar solo será sinónimo de agobio y angustia a fin de mes. Revisa tus hábitos, y hazte bien un plan de gastos para las próximas semanas; eso te ayudará a pasar esta cuesta de enero con menos esfuerzo y preocupación.
(*) Psicóloga.