Me importa un bledo
Estaba yo observando la vida a unos pasos de la entrada de uno de esos establecimientos que venden de todo mucho más caro pero todos los días del año y hasta muy tarde por la noche, hice sentar al perro y presté mucha atención a dos señoras que estaban charloteando ubicadas perfectamente en el mismísimo medio de la puerta.
Su charla era intrascendente, hablaban de la dudosa conducta de amistad de una conocida común.
Ellas estaban en su mundo, lo realmente interesante pasaba a su alrededor, gente de todo tipo, señoras, jovencitas, hombres, parejas, mayores, en fin, toda una muestra social de gente que tenía que hacer un verdadero esfuerzo para poder entrar o salir del establecimiento ya que estas dos señoras ocupaban casi todo el ancho de la puerta, que dicho sea de paso, se mantenía automáticamente abierta gracias su presencia desperdiciando gran parte de la eficacia del aire acondicionado de la tienda en cuestión.
Lo curioso fue que nadie, absolutamente nadie dijo nada, ni un "por favor ¿me deja sitio?" o "perdone, no puedo pasar" o hasta tal vez "oiga, ¿por qué no se quita del medio?", todos y todas (qué complicado es esto del género os/as), entrantes, salientes y ellas dos, se apañaban para ignorarse mutuamente.
Sólo me preguntaba durante esos minutos si nadie, ni siquiera ellas percibían que algo andaba mal, lo comparé con los millones de veces que cedo el paso al entrar a un ascensor o aguanto una puerta abierta para que otros lleguen y tengan acceso fácil y "pasan", pero es que "pasan" por delante de mí y "pasan" de mí.
¿Estarán caros los breves detalles como "gracias"?
Está claro que en algunos sectores a la gente le importa un bledo la gente...y así vamos.