Mis tertulias de los martes
Resulta que el seis de abril los eurodiputados españoles votaron sí o no a volar en primera clase o en clase turista a cargo de nuestras carteras, que no las suyas.
Resulta que un vuelo de Barcelona a Bruselas, ida y vuelta así a pelo, cuesta alrededor de mil doscientos euros y en turista unos ciento cincuenta euros.
La diferencia no es ninguna tontería, prácticamente con uno de primera vuelan diez en turista.
Pueeeeesssss....sólo cuatro eurodiputados votaron a favor de los vuelos en clase turista.
Durante la tertulia nos preguntábamos unánimemente si realmente esta gente se cree que son algo más que los demás por no tener estudios y ser políticos.
Eleuterio, sentado a un costado de la mesa se levantó indignado, propuso que realmente pensemos entre todos una solución para estos temas.
Dieguito, algo más joven, piensa que no es cuestión de votar nada, los eurodiputados viajan en turista y si quieren hacerlo en primera clase, que se lo paguen de su bolsillo.
No pudimos más que aprobar su idea, en ninguna empresa se vota para estas cosas, hay unas normas y los empleados las cumplen.
De pocas palabras, pero sabias, Juan José cree que no vamos a arreglar nada en esta mesa de café y cigarrillos, el Che Guevara pagó con su vida la lucha por un ideal que no sabemos si sería igual, peor o mejor que el de su amigo Fidel, quien tampoco arregló mucho, ni tantos otros políticos o dictadores, tiranos o de los otros, si aquí estamos es porque hasta aquí nos han traído entre todos.
Nosotros les creemos durante las campañas y luego ellos hacen lo contrario durante su mandato, se forran...y siguió diciendo todas esas cosas que ya todos sabemos, que ahí están y es posible que ahí estén por los siglos de los siglos.
Le puse el collar a Rufo y nos fuimos a dar un paseo por las viñas.