Presuntamente
Revisando las declaraciones atrasadas de políticos, empresarios y otros varios que de una u otra forma dirigen los hilos de la Gran Marioneta, se aprecia con absoluta claridad una desvergonzada relación entre los chorizos y sus bandas, presuntamente.
Al principio de las destapadas de las distintas ollas, los bandoleros (personajes pertenecientes a una banda) han defendido a los chorizos antes de ser imputados dejando claro que la imputación es el límite. Presuntamente.
Pocos días o semanas después, con la varita de imputar pinchando ya a sus chorizos, la banda los destierra, desconoce e ignora de cara al escaparate porque la verdad, presuntamente, es que se negocian silencios, se queman papeles y borran memorias.
Si presuntamente estas desvergüenzas se confirman, me pregunto cómo es posible que tanto bandolero tenga la cara tan dura como para pretender que los ciudadanos son tan desmemoriados.
La respuesta es, que lo son, y si hay dudas, ahí están las elecciones y por ahora las encuestas.
Quien crea que los chorizos que están imputados o sentenciados y encarcelados han actuado y actúan en solitario, se llevará el diploma de ingenuo.
Intente alguien hacerse el prepotente con un policía, tumbarle la moto y que le archiven el caso.
Intente alguien estafar millones al fisco con dineros públicos o en nombre de su cónyuge real, y que no pase nada a los miembros de la banda. Presuntamente.
Semejantes obras nunca pueden realizarse en solitario, cada chorizo tiene una banda detrás que lo abandona o lo cuida, todo depende de cuánto sepa y cuánto pueda demostrar. Presuntamente.