Realmente hablando

  06/02/2012

Guillermo_Ares_OpinionSiempre sostuve que generalmente, más que racistas somos clasistas, para demostrarlo uso un ejemplo sencillo y cada cual que se sienta o no identificado:

Si un día llega nuestra hija de 17 años de la mano de un chico negro, de aspecto desalineado y de profesión "mantero" y dice: "te presento a mi novio"...

...dentro de una ordenada mayoría, se nos caerían los calcetines.

Pero, siempre hay un pero, si en lugar de ser "mantero", el chico es el príncipe de Zambúdia, yo soy el primero que quiero cenar con sus padres lo antes posible.

Esa es nuestra parcela de clasistas.

Así las cosas, como clasistas que somos, aceptamos de buen grado una altísima clase como la Real.

A muchos nos gustaría tener acceso al estilo de vida Real, palacios, coches de altísima gama, aviones, helicópteros, barcos, comilonas, fiestas por todo lo alto... ninguna duda, es la clase alta como en todas partes.

Pero, ya ven, siempre hay un pero, además, la realeza está aceptada por nuestra sociedad, entonces la pregunta sale sola: ¿por qué no se asume como han sido siempre todas las familias reales?

Desde que el mundo es mundo la leche viene de arriba y el de abajo se jode, la realeza se juntaba con la realeza y la sangre azul no se mezclaba pasase lo que pasase.

Y cuando pasaba lo que no debía pasar, se pasaba por la guillotina o cuando menos se desterraba a quien se había pasado.

Si aceptamos entonces, que somos una monarquía, asumamos y juguemos con las reglas del juego monárquico, cabe aquí otra vez mi tan comentada mesa de póquer, si en ella queremos jugar al mus, no ganaremos ni una sola mano.

Así las cosas, no parece que funcione muy bien el sistema de tener una monarquía moderna, porque el riesgo de que algo salga mal es demasiado grande.

Tal vez, en un acto de humanidad, por aquello de dejar de ser bárbaros, habría que aceptar las bodas reales con personas ajenas a las realezas del Planeta (y terminar con las corridas de toros) enseñando muy rígidamente a l@s candidat@s a nuev@s reales cuáles son las reglas del juego y, por supuesto, tenerlos cortitos limitadísimos a sus tareas reales y no permitirles ninguna otra, que ya viven como reyes sin necesidad de hacerse los empresarios.

Seguramente así, se podrían evitar tantos escándalos como hemos visto en los últimos tiempos modernos dentro de las monarquías existentes.

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