Un lugar con mucha historia… que contar: Javier Calvo nos descubre el ADN de Els Magazinos a través de las huellas del tiempo 

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  28/11/2023

 

Cuatro paneles con código QR nos acercan a los orígenes y la identidad del mercado gastronómico de Baix la Mar

Érase una vez… Els Magazinos. El mercado gastronómico y cultural de un mundo mejor, situado en el corazón del barrio de Baix la Mar de Dénia, abre una nueva ventana de comunicación a la ciudadanía. La finalidad no es otra que acercarnos a sus orígenes y descubrir aquellas cosas de las que ha sido testigo y que, al fin y al cabo, son las que le confieren buena parte de su identidad. A través de cuatro paneles y sus correspondientes códigos QR, Els Magazinos nos habla a partir de diciembre de su historia, la del barrio y, en definitiva, la de Dénia. Una historia de planos, murallas, barcos, devociones, pasas y juguetes, pero también de reyes y validos, de moriscos, de emprendedores y de mareantes (como se llamaba a la gente del mar). Y lo hace de la mano del historiador Javier Calvo, quien ha redactado los textos y ha recopilado las ilustraciones y fotografías que los acompañan. Los artículos se pueden consultar además en la página web del mercado gastronómico. De ellos hablaremos también en estas páginas en semanas sucesivas.

La familia Cervera Navarro promueve este proyecto con la intención de recuperar la esencia histórica de un espacio “con alma propia”, indica Federico Cervera, convencido de que “los espacios y las piedras hablan por sí solos”. La iniciativa, como bien añade su hija Diana, confiere un plus a la identidad y valor a un espacio gastronómico y cultural “que guarda muchas cosas detrás de las piedras”. Porque no solo las instituciones, añade, han de ser las que den valor a la historia. Por eso, la familia Cervera Navarro invita a quienes visitan y trabajan en Els Magazinos a saborear y conocer los orígenes de este emblemático lugar y también a descubrir y emocionarse con hechos que forman parte de la historia de Dénia y de Baix la Mar.

El trabajo realizado por Javier Calvo se estructura en cuatro partes: El aristocrático origen de Els Magazinos, Siglo XVIII. “Magazins por les marchandises qui viennent par mer”; Cuando Els Magazinos se independiza de Dénia y Magazinos, fábrica de sueños y el juguete en Dénia. 

Coches ‘castellanos’

Si hay algo sobre lo que al visitante no le quedará ninguna duda, es que el emplazamiento de Els Magazinos “es un lugar con muchísima historia”, como dice Javier Calvo. El Carrer Pont, donde se encuentra el mercado gastronómico y cultural, fue el eje vertebrador de Baix la Mar y el camino de salida al puerto natural más cercano a la ciudad. Porque no debemos olvidar que Dénia tenía en el siglo XVII, cuando empieza la historia de Els Magazinos, dos puertos. El actual (permítannos la licencia, ya que poco tiene que ver con aquel) -al que se accedía desde el mar pasando entre el Cavall y l’Androna- y el de la Marineta Cassiana. En aquella época, un puente construido sobre pilones permitía el embarque y desembarque de las mercancías. Sería él el que daría nombre a la calle.

En el siglo XVII el barrio de Baix la Mar quedaba fuera de la muralla que protegía la ciudad (Dalt Dénia) y, por tanto, con solo pequeños baluartes, expuesto al ataque de corsarios. Tenía pocas edificaciones, aduana y algún almacén portuario. 

Javier Calvo subraya que la figura del Duque de Lerma, valido de Felipe III, fue fundamental en el crecimiento de la ciudad durante este siglo. Realizó importantes obras en el castillo con vistas a las futuras visitas del rey (estuvo en Dénia en tres ocasiones) y a unas Cortes del Reino de Valencia previstas para 1616, pero que nunca se celebraron. Es en este contexto donde sitúa el origen de Els Magazinos, un edificio construido como cochera para los carros ‘castellanos’ de la nobleza, tirados por caballos y más grandes que los carros de trabajo y de menor categoría que se empleaban en la zona. Se utilizó piedra tosca traída por mar desde Xàbia para las arcadas interiores del edificio, construidas en la misma época que las del Ayuntamiento y hoy recuperadas.

Con el Duque de Lerma caído en desgracia y sin Cortes Reales, las cocheras se transformaron en aduana y almacén. Llegamos así al origen del nombre del mercado gastronómico, un juego de palabras entre el magatzem valenciano y el magasin francés. La culpa, un mapa militar del siglo XVIII con el que tropezó Calvo y donde se lee “magazins pour les marchndises qui viennent par mer”. 

Durante la Guerra de Sucesión, en las antiguas cocheras reales se abrieron trincheras para poder asaltar la fortaleza del castillo y el edificio en cuestión sufrió importantes desperfectos. Por cierto, ¿saben que Mambrú, el de la canción, y el escritor Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe, participaron en la defensa de la ciudad durante el sitio de 1708? Es una de las muchas anécdotas que encontraremos en los artículos del historiador dianense, quien nos explica cómo la destrucción de la Vila Vella favoreció el asentamiento de nuevos pobladores en Baix la Mar en el siglo XVIII. Además, allí no se pagaban los mismos impuestos que Dalt Dénia ni existía la obligación de alojar a las tropas en caso de guerra. Ahora bien, la mortalidad era mayor.

Javier Calvo describe bien cómo las diferencias entre las ‘dos denias’ se van acentuando hasta que se produce la segregación de Baix la Mar, que funcionó como municipio independiente entre los años 1837 y 1839 con el nombre de “lugar de Diana”. El Carrer Pont, plagado de talleres y oficios relacionados con el mar, fue la vía principal. Pero la falta de acuerdo con los deslindes, entre otras cosas, dio al traste con la independencia. 

El barrio tenía más plazas que el resto de Dénia en el siglo XIX, la exportación de la pasa a través del puerto permitió el florecimiento de una ciudad y también más vocaciones religiosas, tal vez por aquello de “las malas bromas” del mar y las supersticiones, precisa el autor de los artículos. Solo hay que fijarse en los plafones cerámicos devocionales que aún conservan sus edificios. 

En el siglo XIX, la exportación de la pasa a través del puerto permitió el florecimiento del barrio y también del resto de la ciudad. El puente de madera para el embarque de pasajeros y mercancías se quedaba pequeño y urgía hacer obras en el puerto. 

Con el declive de la pasa, había que tirar de imaginación para salir adelante. Y llegó el juguete. En Baix la Mar se instalaron un buen número de fábricas que ocuparon los antiguos talleres de la pasa. Una de las pioneras, la Universal de José Bordehore, lo hizo en 1908 en el Carrer Pont. La más duradera en el lugar que ocupa Els Magazinos fue la de José Monllor Linares, “un hombre con una visión comercial exclusiva”, añade Javier Calvo. Antes de la guerra reprodujo los personajes de una famosa tira cómica -Pipo y Pipa- y después, los de la factoría Disney. 

Son solo pequeñas muestras de “una sociedad creativa y con mucha inventiva” de lo que el historiador nos habla largo y tendido en sus artículos. Vale la pena redescubrir Dénia y Els Magazinos a través de ellos.

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