Varices como herencia
??INÉS ROIG (*)
La causa de las varices es desconocida, pero un estudio reciente ha demostrado que es la patología más heredable. La enfermedad venosa crónica tiene una carga genética del 97%, es decir; solo un 3% corresponde a factores ambientales sobre los que podemos actuar. Sin embargo, se puede retrasar su aparición y evitar complicaciones con un estilo de vida saludable. Corregir el sobrepeso y practicar ejercicio regularmente son las dos pautas más recomendadas. Un diagnostico precoz y un tratamiento adecuado se traduce en menos dolor y mejor calidad de vida en los pacientes.
Cuando estamos en movimiento, la presión que realizamos sobre el músculo hace que, la sangre suba. En cambio, al estar quietos o sentados el flujo sanguíneo, se va acumulando en la parte baja, dando como resultado unas piernas hinchadas. Por lo tanto, para aquellas personas que pasen largas jornadas en una misma posición es recomendable el uso de medias de compresión decreciente mientras no estén en movimiento para minimizar los efectos de las varices. Su uso, gracias a la presión, facilitará que la sangre circule de forma correcta y no se acumule.
El embarazo es un factor desencadenante de varices muy frecuente. A medida que se acerca el parto, la musculatura se va relajando para facilitar el proceso de dar a luz. Las venas se vuelven más débiles. Además hay que sumar que el útero comprime la vena cava, por donde pasa la sangre hacia el corazón y que el cuerpo retiene más agua. Todo esto da como resultado unas varices que, aunque mejoran, no suelen desaparecer totalmente después del parto.
Existen diferentes maneras para tratarlas.
- Quirúrgicamente: Se ofrecen básicamente dos opciones. Dependerá de la afectación de cada caso: Si está toda la vena safena afectada, se extrae total o parcialmente, en cambio si la lesión es menos extensa se utiliza una técnica que reconduce la sangre conservando siempre las safenas.
- Otra opción es la escleroterapia. No es una técnica quirúrgica. Consiste en inyectar una espuma que taponar la zona lesionada. La ventaja es que permite tratar el punto de fuga cuando no es abordable quirúrgicamente. Por ejemplo en las varices del embarazo la causa no suele estar en las piernas sino en la pelvis, y no hay que abrir el abdomen a una paciente para tratarle de varices. Esta técnica también se utiliza en personas en las que las varices vuelven a aparecer y la cirugía de repetición es más compleja porque pueden quedar adherencias de la primera intervención.
(*) Farmacéutica