"Aguantar como sea"
Entre los más perjudicados por el cierre de la barra figuran los bares sin terraza que basan la mayor parte de sus ingresos -o la totalidad, en el caso de los mercados -en ella. En el Mercat de Dénia, amanecían el lunes con las persianas bajadas y los taburetes apilados. Solo un bar ofrecía servicio de cafés, refrescos y bocadillos para llevar. “La situación es complicada”, decía Toni Cheli, quien se lamentaba de que después de haber colocado mamparas y haber adoptado todas las medidas que se requerían, “y con lo que le costó a la gente volver después de tres meses y medio de cierre por el confinamiento” -añadía- tuviese ahora que cerrar la barra. Afuera, algunos de los clientes más madrugadores se tomaban el café al otro lado del cristal que separa el mercado de la calle. Cerrar la barra supone, evidentemente, bajar la caja. Ese día, no haría ni la mitad que el miércoles anterior, aventuraba. Él apelaba a la imaginación -“hay que aguantar como sea”, indicaba-. Horas después, y tras consultar con el Ayuntamiento, colocaba dos mesas pegadas a la barra en un intento de ofrecer servicio a la clientela. Lo mismo pretendía hacer otro de los bares del mercado con la intención de abrir ayer viernes. No hubo suerte, las mesas tuvieron que ser retiradas porque al parecer no había metros suficientes para guardar la distancia de seguridad y dificultarían las entradas y salidas del mercado..