Y el saxo de Kiko Berenguer sonó a 25º bajo cero

Y el saxo de Kiko Berenguer sonó a 25º bajo cero
  13/01/2018
“El jazz te da toda la libertad expresiva y te permite tocar un tema de mil maneras” “Las radios ponen canciones fáciles para que la gente las escuche millones de veces y se sienta identificada con ellas”

J.V. BOLTA Ningún músico español había actuado en el festival de música que se celebra más al norte del planeta. El saxofonista de Xàbia Kiko Berenguer consiguió este logro a finales de octubre, cuando encandiló al público de Siberia con su sabia mezcla de jazz y flamenco. Con una gran proyección dentro y fuera de España, Berenguer tiene tres discos a su nombre y ha intervenido en numerosas grabaciones de otros solistas y grupos. Es además el director artístico del festival Xàbia Jazz, por donde cada verano pasan destacados músicos.

De alguna forma, Kiko Berenguer ha logrado ser “profeta” en su tierra porque tiene el reconocimiento de sus paisanos y también forma parte del Consell Municipal de Cultura. Hace treinta años, daba sus primeros pasos en el desaparecido Blues Bar, de Dénia, donde se enfrentaba a los grandes estandarts de jazz con mucha determinación y un talento innato. Según explica, “me atrapó el jazz de jovencito, recuerdo quedarme hasta las tantas de la madrugada viendo el programa de Cifu, Jazz entre amigos, en esa época estudiaba en el Conservatorio de Valencia”. Tiene claro que “el jazz es un estilo que te da toda la libertad expresiva, en el que puedes tocar un tema de mil maneras distintas, respetando la armonía, forma y estilo, y que cada vez es y debe ser diferente ya que estás creando al momento”.

Los grandes colosos del saxo fueron los primeros ídolos del joven Kiko Berenguer que aún sigue teniendo “algunas viejas pasiones como Dexter Gordon”. Considera que es importante conocer la tradición jazzística y por eso señala que “cuando escucho a un saxofonista que se ha formado a partir de la última época de John Coltrane o de Mark Turner, por poner dos ejemplos, si no han estudiado la tradición me cuesta entender su discurso”. Desde hace unos años, Berenguer practica un estilo a caballo entre el jazz y el flamenco, aunque matiza que “no fusiono elementos ya presentes en ninguno de los estilos, estoy creando desde cero, son composiciones originales, y lo que hago es transmitirlas utilizando esos dos lenguajes como medio de expresión”.

Su grupo, Freedom Experiencia, es el resultado de más de dos décadas de trayectoria profesional como intérprete, compositor y productor. En su primer trabajo discográfico Papi toca el saxo contó con la colaboración entre otros del reconocido trompetista norteamericano Terell Stafford. A partir de esa grabación, afirma, estaba en un momento de madurez que le llevó a iniciar “la búsqueda de mi sonido”, lo que llegó con sus siguientes discos: Mi camino y Aire. Pese a que algunos consideren que el flamenco jazz tiene poco futuro, Kiko Berenguer considera que “la música es infinita, no tiene límites, y eso pasa con cualquier estilo. Otra cosa es que esté más o menos de “moda” pero no creo que se haya agotado esa fórmula, porque en realidad se trata de una forma de comunicar, no de un mensaje en sí mismo”. “En cuanto a lo que opinan de mi música”, añade, “siempre me han llegado buenas críticas, de uno y de otro lado”.

DE MONTREUX A SIBERIA

Pocos músicos españoles pueden incluir en su currículum el haber realizado actuaciones en los festivales de jazz de Montreux y de Montreal o en el Café Central, de Madrid, como Berenguer. Pero ninguno puede decir que ha tocado en el Live Sound de Norilsk (Siberia), el que se celebra más al norte del planeta. Allí, la presencia del grupo de Berenguer despertó expectación y las entradas estaban agotadas días antes del concierto. Según afirma el saxofonista de Xàbia, “tuve la sensación de que el público disfrutó mucho y fue muy generoso en aplausos y muestras de agradecimiento. Al salir del auditorio apenas noté los 25 grados bajo cero. Y en Moscú también tuvimos conciertos espectaculares”.

Pero no siempre es así y las dificultades para que un músico de jazz salga adelante son muchas. Kiko Berenguer comenta al respecto que “tengo la necesidad de expresarme a través de la música y no he perdido la ilusión del primer día. Eso es más fuerte que la impresión desoladora que puede causar el panorama musical. Cuanto más difícil se pone, más motivador resulta el trabajo ya que tengo la necesidad de exprimir más mi sensibilidad para despertar el interés de la gente y que quieran escucharme”.

“EL CAPITALISMO FEROZ”

El jazz, que en otras épocas alcanzó una gran popularidad en Estados Unidos y en varios países de Europa, cada vez es más minoritario. A su juicio, “el problema es el capitalismo feroz. Los medios de comunicación son empresas que quieren ganar dinero y las radios ponen canciones fáciles para que la gente las escuche millones de veces y se sienta identificada con ellas” “Cuanta más gente las escuche”, añade, “más dinero con publicidad. Tampoco ponen música clásica ni barroca ni otros estilos que no sean el de obtener un beneficio a corto plazo”.

En su caso, y como responsable artístico del Xàbia Jazz, intenta elaborar “una programación de calidad, variada y atractiva”. Reconoce que no se deja llevar por sus preferencias y que piensa en los gustos de los espectadores potenciales. Aunque, si tuviera un presupuesto elevado, no dudaría en contratar a Wynton Marsalis & Jazz at Lincoln Center Orquestra (el músico de jazz con mayor impacto mediático en los últimos 25 años), algo que solo pueden permitirse los grandes festivales internacionales. Reconoce que también daría preferencia a las actuaciones que destacaran “por su belleza, originalidad y capacidad de llegar al público”. Son precisamente los tres conceptos que han marcado la andadura profesional de Kiko Berenguer y que cualquiera puede comprobar escuchando su último disco y composiciones suyas como Granadella, que seducen desde la primera nota.

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