Ramón de Cárdenas gana un concurso artístico en Finestrat

  •  Ramón de Cárdenas gana un concurso artístico en Finestrat
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  13/08/2022

Un salto de vértigo: Tres trampolines como metáfora de la incertidumbre ante el futuro profesional

 

Integrar el arte en la escena urbana y apoyar a los jóvenes talentos es el objetivo del concurso FAP-Finestrat Arte Público, dirigido a artistas en activo y también a estudiantes de grado o master en la Facultad de Bellas Artes de Altea. El vencedor en esta segunda modalidad ha sido este año el dianense Ramón de Cárdenas Olivares, con una obra concebida como metáfora de la incertidumbre profesional a la que se enfrenta una generación, la de los estudiantes de Bellas Artes, al dar el salto a la vida laboral. El proyecto ganador presentado por este joven estudiante lleva por título Trampolín y conlleva una intervención artística en tres espacios públicos del municipio.

            A la hora de presentar las propuestas, el Ayuntamiento de Finestrat sugería varios lugares públicos donde realizar las intervenciones. Ramón de Cárdenas eligió el Museo de Finestrat, la calle La Sorda en la zona del Castell y la Plaza de la Unión Europea. El eje de su proyecto es un trampolín situado en cada uno de estos espacios. Se concibió con la idea de que la pieza fuese visible desde varios puntos del municipio, que la escala humane en relación a ella fuese real y que ocupase un lugar inaccesible y seguro para el ciudadano. Los tres espacios elegidos por el artista reúnen estas condiciones, permiten el anclaje de la pieza, que se realizará en madera.

            La intervención no solo se adapta a las bases sino que el artista, con los tres espacios elegidos, crea un recorrido artístico por parte del visitante. Ahora bien, pueden ocurrir dos cosas: que el visitante no conozca su ubicación exacta, logrando por tanto el artista crear una incertidumbre en parte buscada; o que, en cambio, que conozca las localizaciones y se haga una visita de forma ordenada. Explica Ramón de Cárdenas que el trampolín “pretende funcionar como metáfora de la incertidumbre profesional de una generación, más concretamente de los estudiantes de Bellas Artes”. Porque dar el salto a la vida profesional no es fácil.

            Las bases del concurso establecían que los autores de los proyectos seleccionados deben desarrollar una actividad pública y participativa en Finestrat relacionada con la temática de su propuesta. Ramón de Cárdenas proponía en su proyecto un taller didáctico en el que se hará hincapié en el juego de escalas y en la parte conceptual del proyecto. En él se explicará conceptualmente la instalación, el porqué de la propuesta, los referentes y la importancia de intervenir en el espacio público mediante obras de arte. Se planteará la posibilidad de escoger otro elemento que pueda servir para la realización de esta instalación en Finestrat utilizando otros conceptos. “Cada alumno o participante elegirá un elemento y podrá desarrollarlo mediante dibujos, croquis e incluso maquetas”, según se indica en la propuesta. Se trataría por lo tanto de un taller didáctico de dibujar, medir, escalar, cortar, pegar…

            De acuerdo a las bases del concurso, los artistas seleccionados participarán en un encuentro, presentación o coloquio público en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA).

            La segunda edición del FAP-Finestrat Arte Público ha contado con el apoyo de la Universidad Miguel Hernández de Elche y el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante. En esta ocasión, se presentaron un total de 27 proyectos. Las obras ganadoras se instalarán en el mes de octubre. En el caso de la que nos ocupa, se podrá visitar dando un agradable paseo por el municipio. Tal vez sin la certeza por parte del visitante de saber con exactitud cómo localizar cada trampolín y arriesgarse a dar con ellos o tal vez no. Quién sabe.

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