Ahora le toca al Papa

Cierta vez muere un Papa, Juan XXIII, llega a las puertas del cielo, estaba San Pedro, cómo no, el santo de confianza de Dios, Cristo, El Espíritu Santo, nunca supe cuál era.

Preguntado por San Pedro, contesta: -"soy el Papa"-, San Pedro vuelve a preguntar: -"El papá ¿de quién?"-

-"Noooo soy el Papa, el representante del Señor en la Tierra, he muerto y obviamente vengo a eternizarme a su vera"-.

-"Verás"- dice San Pedro en tono impaciente, -"El Señor está durmiendo la siesta, pero veré qué puedo hacer"-.

-"Che, Jesús, aquí hay un tío que dice que es el papá de no sé qué representante tuyo en la Tierra...-¿lo paso?"-.

Una vez ante el Señor, el Papa se arrodilla, le besa los pies, se rinde ante tanta Democracia y dice: -"Mi Señor, soy Juan XXIII, el Papa de la Santa Madre Iglesia Católica, tu representante en la Tierra ante todos sus habitantes..."-.

El Señor estuvo pensativo un rato repitiendo en voz baja: "la Santa Iglesia Católica... hasta que de pronto, como si la memoria hubiese abierto una puerta en su mente exclamó exaltado: -"La Iglesia Católica"- y a continuación: -"entonces, ¿funcionó aquel negocio?"-.

Sí, ya lo creo que funcionó, empezaron con un pesebre y en dos mil años se adueñaron de más de medio Mundo, son una de las riquezas más grandes de la humanidad en bienes y posiblemente tengan la mayor red de sucursales del Planeta, la mayor multinacional, el mejor plan de Marketing y sin duda, pionero.

Ya hace unos años, votaron a un Papa que duró muy poco, sus ideas se le indigestaron y murió a los pocos días de llegar al trono, presuntamente envenenado, como era la costumbre según los escritos y la historia plagada de envenenamientos por el poder o por no poder.

El amigo Francisco, argentino tenía que ser, va y se propone cambiarlo todo, la historia, los nombres, las penitencias, hasta los diez mandamientos quiere dejarlos en ocho por aquello de ajustarse el cinturón.

¿Cuántos años podría vivir Francisco? Seamos buena gente, auguremos treinta años más de salud. ¿Cree este pobre sudaca que va a llegar a Europa, nada menos que al Vaticano y en treinta años va a cambiar dos mil de negocio?

Si sigue así, tal vez, y sólo tal vez, con tanto viaje y sin la seguridad del Papamóvil, se esté arriesgando a sufrir un accidente.

Esta vez la fumata blanca les salió rana.