Arreglando el Mundo

Arreglando el Mundo
  01/10/2018

VERÓNICA MONSONIS (*)

Un científico, vivía con preocupación todos los problemas del mundo.

            Estaba decidido a encontrar por todos los medios una solución. Pasaba días en su laboratorio, en busca de respuestas.

            Cierto día, su hijo de 7 años, invadió su lugar de trabajo, dispuesto a ayudarle a encontrar esa ansiada solución.

            El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar.

            Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera distraer su atención:

            Encontró una revista, donde había un mapa del mundo, ¡justo lo que precisaba!

            Con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos y se los entregó al niño con un rollo de cinta, diciendo: Hijo, como te gustan tanto los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pequeños pedazos, para que lo repares.

            El científico pensaba, quizás se demoraría meses en resolverlo, o quizás nunca lo lograse, pero por lo menos, le dejaría tranquilo por un tiempo; pero no fue así.

            Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño: “Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.

            Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. ¡No puede ser, es imposible que a su edad, haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes!

            Levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería un trabajo digno de un niño: Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido capaz?

            - “Hijito, tú no sabías cómo es el mundo, ¿cómo lograste armarlo?”

            - “Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi del otro lado la figura de un hombre. Así que le di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era.

            Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y me di cuenta que había arreglado al mundo.”

PARA ARREGLAR EL MUNDO EMPIEZA POR TI

            Reflexión:

            Los grandes cambios se consiguen con cambios pequeños, en nosotros mismos y nuestro entorno. Para “arreglar el mundo” hemos de empezar por nosotros mismos.

 

(*) Psicóloga. Máster en Psicología Clínica y especializada en Educación Emocional y en Atención Temprana.

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