La importancia de la hematología en el cuidado de pacientes anticoagulados

La importancia de la hematología en el cuidado de pacientes anticoagulados
  18/11/2024
La educación en salud para pacientes y familiares es clave para identificar signos de alerta como moretones o sangrado de encías

El Día del Paciente Anticoagulado es una fecha clave para destacar la importancia de la atención médica, especialmente en el área de la hematología. Se celebra el 18 de noviembre y ese día se intenta llamar la atención sobre la hematología para seguir apoyando la investigación y para ofrecer soluciones que permitan a los pacientes anticoagulados llevar una vida plena y segura. La hematología estudia los trastornos de la sangre y los órganos hematopoyéticos y es esencial para el manejo, el seguimiento y control de los pacientes que deben llevar un tratamiento anticoagulante, garantizando que éste sea eficaz y seguro.

La doctora Rosa Ferrer Marco, especialista en hematología del Hospital HLA San Carlos de Dénia, explica que “los pacientes anticoagulados son aquellos que deben tomar medicamentos específicos para evitar la formación de coágulos sanguíneos debido a condiciones como la fibrilación auricular, las prótesis valvulares cardíacas, la trombosis venosa profunda o el riesgo elevado de accidentes cerebrovasculares. Este tratamiento con antivitaminas K requiere de un equilibrio muy preciso: los niveles de anticoagulación deben ser los adecuados para evitar coágulos sin aumentar el riesgo de hemorragias”. “En este sentido, el papel de la hematología es esencial para ajustar el tratamiento de acuerdo con las necesidades individuales de cada paciente, considerando factores como la edad, el peso, las enfermedades preexistentes y el estado general de salud”, añade la especialista.

El seguimiento de los pacientes anticoagulados con antivitaminas K se realiza con el Índice Internacional Normalizado (INR). Puede ser una prueba digital o venosa mediante un análisis de sangre en pacientes que toman anticoagulantes como Sintrom o Warfarina. El INR mide el tiempo que tarda en coagularse la sangre. Un INR alto indica riesgo de sangrado, mientras que uno bajo indica riesgo de coágulos. Los hematólogos ajustan la dosis basándose en estos resultados. Hay pacientes que toman otros anticoagulantes. Los nuevos anticoagulantes de acción directa (ACOD) no necesitan control de INR, pero estos tratamientos requieren de una revisión médica, de un control de función renal e incidencias médicas para evaluar su eficacia y seguridad.

La hematología también involucra la educación sanitaria, proporcionando a los pacientes anticoagulados la información necesaria sobre su tratamiento, como los efectos secundarios, las interacciones y los ajustes que deben hacer en su estilo de vida, su dieta y sus actividades para minimizar los riesgos.

Unos de los mayores desafíos en los pacientes anticoagulados es el riesgo que existe de hemorragias, especialmente si tratan con anticoagulantes orales tradicionales. Aunque este tratamiento implica este riesgo, es esencial para prevenir problemas graves. La educación en salud para pacientes y familiares es clave para identificar signos de alerta como moretones o sangrado de encías y mantener unos controles periódicos, que permiten ajustar la dosis y asegurar un tratamiento seguro.

La hematología sigue siendo esencial en este campo, no sólo para el desarrollo de nuevos medicamentos sino también para mejorar las técnicas de monitorización y personalización del tratamiento.

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