Besar, reír, hacer el amor, cosas que ayudan a quemar calorías
INÉS ROIG (*)
No es necesario hacer deporte para quemar calorías ya que nos pasamos el día haciéndolo. Hasta cuando estamos sentados. Incluso durmiendo.
Caminar: Al andar no sólo hacemos trabajar a nuestros pulmones y corazón, sino que tonificamos a tope glúteos y piernas. Si, además, caminamos metiendo tripa conseguiremos fortalecer los abdominales. Aunque el gasto calórico depende del sexo, la edad o el peso, se pueden llegar a quemar unas 150 calorías en una hora de paseo.
Cocinar: Aunque los brazos son los grandes protagonistas en la cocina, también podemos implicar al abdomen y los glúteos, al mantenerlos contraídos. Se puede llegar a consumir un centenar de calorías.
Limpiar la casa: Puede que nos aburra pero es un método muy efectivo para tonificar los músculos de todo el cuerpo. Se puede llegar a quemar una media de 150 calorías por hora. Si, además, movemos muebles o levantamos alfombras, llegaría a las 180.
Reír: Es la forma más divertida de fortalecer los músculos de nuestro abdomen. Al reír aumenta la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea, ayudando a nuestro metabolismo a activarse. Una sesión de 10 minutos de risas abrasaría unas 40 calorías.
Besar: Otra de esas cosas placenteras que nos ayudan a mejorar nuestra salud. Más si lo hacemos de pie que sentados. Y más todavía si lo hacemos apasionadamente, en movimiento y respirando profundamente. Dicen que una hora de besos consume cerca de 100 calorías.
Practicar sexo: Es el plan perfecto. Exigente cardiovascularmente, hace que entren en acción músculos de los que desconocíamos su existencia. Las zonas más implicadas: abdomen, glúteos y abductores. Curiosamente, el gasto calórico varía según el sexo: ellos, en torno a100; ellas, unas 60.
Hacer la cama: Da pereza pero es un buen ejercicio para empezar la jornada, especialmente para nuestros brazos y nuestro abdomen. El gasto que implica no está nada mal: unas 80 calorías. Así que ya que es una labor a la que debemos enfrentarnos cada mañana... ¡hagámosla con alegría!
Hacer “chapuzas”: En media hora de carpintería se pueden llegar a gastar cerca de 200 calorías. Pintar las paredes o arreglar los armarios, nos obligan a llevar a cabo un trabajo muscular muy exigente.
Arreglar el jardín: Cortando el césped podríamos consumir unas 160 calorías. Y si nos ponemos a recoger hojas que caen al suelo, unas 120. Eso sí, tenemos que prestar mucha atención a la forma en la que lo hacemos para no levantarnos al día siguiente con un ataque de lumbago.
Dormir: Dormir adelgaza y no hacerlo, engorda (más que nada porque nos entra un hambre incontrolable que sólo la aplacan los dulces y la grasa). No es que se eliminen demasiadas calorías, quizá unas 20, pero todo suma. Cuanto más musculados estemos, más gasto calórico conseguiremos.
(*) Farmacia Las Marinas.