Bienestar y seguridad contra los insectos

Bienestar y seguridad contra los insectos
  20/08/2018

INÉS ROIG (*)

 

La mayoría de insectos producen molestias a causa de sus picaduras (picor, dolor, reacciones alérgicas), especialmente en las épocas más calurosas.

Como medidas de prevención, es recomendable evitar los hábitats de las especies causantes de picaduras molestas, y llevar ropa adecuada que impida las picaduras.

Los repelentes son compuestos químicos que, aplicados sobre la piel, interfieren los receptores químicos de los insectos e impiden que éstos se fijen a la piel para realizar la picadura.

Estos productos sólo actúan cuando el artrópodo se encuentra a poca distancia de nuestra piel. El repelente ideal sería un compuesto químico orgánico de origen sintético o natural de características volátiles, con una capacidad de evaporación limitada que permitiera una eficacia de más de 8 horas, efectivo para diferentes especies de artrópodos, sin capacidad irritante de la piel y las mucosas, sin toxicidad sistémica, resistente al agua pero no demasiado aceitoso, resistente a la abrasión y naturalmente sin olor.

La eficacia del repelente depende de la concentración, la frecuencia y la uniformidad de la aplicación. Así, la abrasión de la ropa, la capacidad de absorción de la piel, el baño o el lavado de la piel con agua y los ambientes de altas temperaturas son factores que disminuyen la eficacia de estos productos.

Repelentes sintéticos convencionales.

- DEET. Se trata del repelente más utilizado. Es eficaz para la mayoría de especies de insectos y arácnidos. Se ha preparado en loción, crema, spray, y toallitas impregnadas.

Las reacciones alérgicas son poco frecuentes. También se ha utilizado con seguridad en mujeres embarazadas durante el segundo y el tercer trimestres.

- Citronella. Se trata de un aceite esencial de origen vegetal que se encuentra en muchos repelentes a base de hierbas naturales. Proporcionan menos tiempo de protección que con DEET, por tanto, requieren aplicaciones más frecuentes.

- Citriodiol. Presenta un buen efecto como repelente contra la picadura de muchos insectos. Destaca un olor agradable, sin efectos adversos importantes, pero puede producir irritación ocular.

- Piretrina (Permetrina). La permetrina tiene baja toxicidad para los mamíferos, es poco absorbida por la piel. La toxicidad en la piel es muy poco frecuente. Cabe destacar que se comercializa ropa con permetrina.

En cuanto a los niños, la utilización de repelentes debería ser esporádica, y en cuanto a la frecuencia de aplicación diaria, se recomienda que en niños pequeños no se administren más de una o dos aplicaciones y, en niños de edad superior, hasta tres aplicaciones diarias. Su utilización estaría contraindicada en niños menores de 2 años.

- Utilizar el repelente siempre en espacios abiertos y cumplir especialmente con el número de aplicaciones diarias permitidas.

- No aplicarlos en niños menores de 2 años, y nunca se pondrá en las manos de los niños, ya que se las pueden llevar a la boca y los ojos.

- Cuando ya no sea necesario el repelente, hay que limpiar la piel con agua y jabón.

- En caso de que se presente algún tipo de reacción en la piel, hay que lavar la zona con agua y jabón y consultar al médico.

 

(*) Farmacia Las Marinas.

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