Breve manual para conseguir un Ayuntamiento ideal
Un buen gerente de empresa no tiene por qué ser un experto en todas y cada una de las parcelas que la componen, pero sí debe ser un excelente gestor, conocer su producto en profundidad y saber muy bien cómo motivar a sus trabajadores, qué exigirles, en definitiva, una buena dirección.
Un Ayuntamiento es como una empresa, sus clientes son los ciudadanos y sus empleados deben ser los mejores del mercado en cada departamento.
Es decir, los concejales deben saber lo más en profundidad posible los pormenores de sus carteras.
Aunque no basta que un arquitecto lleve Urbanismo, tiene que bajar a la calle, caminar y circular por su ciudad, hablar con los vecinos de cada barrio atendiendo a sus comentarios y necesidades.
Es inadmisible que en una empresa alguien ocupe un cargo de mando intermedio sin tener experiencia y si es posible algún título que lo relacione con las tareas a desarrollar.
Una vez conseguido todo esto, hay que pensar que además de sus conocimientos específicos en cada cartera, debe ser persona honesta, comprometida con su ciudad y vecinos.
Si ya hemos llegado a formar este equipo de competentes, habrá que comunicarles que el puesto no es para una legislatura dependiendo de las próximas elecciones el que pueda extenderse cuatro años más.
El puesto ocupado tiene una duración de seis meses, tiempo máximo que impide los amiguismos y enchufismos con proveedores y vecinos.
Se acabaron los favores.
Pero, siempre hay un pero, una vez terminada la tarea, el único beneficio que obtendrán es que podrán volver a sus trabajos anteriores, nada más, ni jubilaciones de infarto ni puertas giratorias ni paga alguna por el único hecho de haber pertenecido al equipo de un Ayuntamiento.
Así evitaremos la eternización de caras en los Ayuntamientos, gente que lleva años, unos en la oposición, otros en el poder para volver a la oposición y más tarde al poder, cambiando de sillas pero no de modos.
Una vez formado el equipo y puestos a funcionar, cada uno pasará varios días, según la cartera, en el hospital, el ambulatorio, en los colegios, las calles, en un taxi recorriendo la ciudad y haciendo noches, en la protectora de animales, en los bares del lado de dentro de la barra, en los autobuses...
El día que veamos a quienes componen un Ayuntamiento recorriendo su ciudad día a día, nada de una vez en cada inauguración de alguna inutilidad, ese día es posible que las cosas vayan mejor en las ciudades.
Lo sé, voy a dedicarme a la Ciencia Ficción.