Cómo ser celíaco sin dejar de disfrutar de la vida
La compra de productos sin gluten encarece en 845 euros la cesta anual de la compra
Mayo es el mes del celiaco. En el calendario de efemérides internacionales veremos marcado el 5 de mayo como el día de la celiaquía, o tal vez el 16. En España se celebra el día nacional de la enfermedad celiaca el 27 de mayo. Elijamos la fecha que queramos. En todas ellas se reivindican los derechos de las personas a las que se le ha diagnosticado esta patología a llevar una vida digna, sin limitaciones en las relaciones sociales, con seguridad a la hora de comer fuera de casa, facilidades para viajar, una atención médica adecuada y específica y sin la necesidad de ver cómo se encarece de forma desproporcionada su cesta de la compra. Convivir con la celiaquía es cada vez menos difícil, aunque todavía queda mucho camino por allanar.
El 7% de la población española es celiaca o sensible al gluten, lo que significa que para unos tres millones de personas en España comer o cenar fuera de casa -ya sea en un restaurante o en la casa de familiares o amigos- es un reto, porque no siempre es seguro. No basta con que se ofrezcan opciones sin gluten -que las hay en algunos establecimientos, y afortunadamente para este colectivo cada vez más- sino que hay que tener mucho cuidado con la contaminación cruzada. En el caso de la persona a la que se le ha diagnosticado una celiaquía, hay que cuidar el uso de cubiertos, platos, bandejas y demás utensilios evitando aquellos que hayan estado en contacto con alimentos que contienen gluten, incluso el banco de la cocina o el aceite de la freidora.
Si hablamos de alimentos sin gluten, ¡alerta de nuevo! Hay que fijarse bien en el etiquetado y elegir aquellos que especifican que no contienen gluten o llevan el signo de la espiga barrada. También tener presente que a veces, no siempre, otros que damos por sentado que no lo llevan -como colorantes, salsas, embutidos o congelados- pueden contenerlo. Los más seguros, los productos frescos y sin procesar, que son además los más saludables. Ante cualquier duda, se puede consultar también si el producto está registrado como apto en la lista de alimentos sin gluten editada por Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE).
Ir al supermercado en busca de productos sin gluten ha dejado de ser un problema, como ocurría no hace tanto. Son ya algunos los productos habituales en la cesta de la compra que indican si contienen gluten o trazas y muchos establecimientos tienen secciones específicas Sin Gluten para quienes padecen esta patología, con alimentos en los que se sustituyen los cereales con gluten por otros. Ojo si llenamos el carro con estos productos: el importe de la compra no será el mismo, una cuestión contra la que luchan las asociaciones de celiacos desde hace tiempo por considerar injusto que se tenga que pagar más por alimentos básicos.
El informe anual de precios de la FACE de 2022 revela que en una familia donde uno de sus miembros padezca enfermedad celiaca tendrá un aumento en el gasto destinado a la adquisición de la cesta de la compra de 17,61€ a la semana, 70,43 € al mes y de 845,20 € al año en relación con otros consumidores. Toma como referencia alimentos de consumo habitual (pan, macarrones, galletas, pizza…) y apunta que si en la misma familia hay más de un celiaco -caso bastante probable al tratarse de una enfermedad con un alto componente genético- el gasto todavía es mayor.
Otro dato significativo que saca a la luz el informe: los productos específicos con mayor diferencia de precio en comparación con los productos con gluten son en 2022 el pan tostado, el pan rallado y la harina de panificación, productos de consumo habitual.
CUESTIÓN DE SEGURIDAD
La asociación catalana de celiacos daba a conocer esta semana un estudio que indica que solo el 1% de los restaurantes registrados en Catalunya es apto para las personas que padecen la enfermedad. El estudio advierte además que más del 80% de los establecimientos catalanes que ofrecen comida sin gluten incumplen la normativa de la Unión Europea sobre la información alimentaria para el consumidor. Sirva este ejemplo como reflejo de lo que puede estar ocurriendo en otros lugares. Y es que la cuestión de la celiaquía, pese a estar en juego la seguridad y la salud de las personas, no se toma suficientemente en serio.
La enfermedad celiaca la provocan el gluten -una proteína amorfa que se encuentra en la semilla de cereales, como el trigo, la cebada, el centeno, el triticale o la espelta - y las prolaminas asociadas, normalmente en personas genéticamente predispuestas. Afecta principalmente al aparato digestivo, pero puede también verse afectado cualquier otro sistema del cuerpo. En su desarrollo -en algunos casos en edad adulta o madura- interviene el sistema inmunológico. Ante la ingesta de gluten, las defensas reaccionan dañando la mucosidad del intestino y destruyendo las vellosidades intestinales encargadas de absorber los nutrientes. Así, puede producirnos problemas digestivos o extradigestivos, como recuerda la Asociación de Celiacos de la Comunidad Valenciana (ACECOVA), incluso sin síntomas, y ser diagnosticada a través de enfermedades asociadas como diabetes, dermatitis, artritis o intolerancia a la lactosa.
El único tratamiento eficaz, capaz de hacer desaparecer los síntomas y favorecer la recuperación de las vellosidades intestinales, es una dieta sin gluten. Y eso es para toda la vida.
Tanto FACE como ACECOVA, y otras asociaciones, disponen de listas de alimentos, restaurantes, panaderías, hoteles y otros establecimientos seguros para celiacos, que en algunos casos se pueden consultar también a través de una APP.
Para un celiaco no es fácil salir de casa. Y menos ir a un país desconocido donde no sabe lo que se va a encontrar. Viajar, ya sea por ocio o por trabajo, participar en un intercambio de estudiantes o estudiar idiomas en el extranjero son retos a los que se enfrenta habitualmente. Por eso, es conveniente seguir las recomendaciones y orientaciones de las asociaciones a la hora de hacer frente a estas situaciones. Aconsejan buscar y consultar siempre con la asociación del lugar al que se va a desplazar y recuerdan que algunos medios de transporte, como los aviones, preparan menús para celiacos.
Ser celiaco no ha de ser un problema ni un impedimento para seguir socializándonos y disfrutando de la vida. Y cada vez, con una sociedad más concienciada, lo es menos.