De cuando los blavets cogían el Camino Viejo de València

  • De cuando los blavets cogían el Camino Viejo de València
  • De cuando los blavets cogían el Camino Viejo de València
  01/05/2022

El blavet era un jornalero del campo que se dedicaba temporalmente a los trabajos de plantar y segar arroz a las riberas del río Júcar. Joan Josep Cardona, ex cronista de la villa de Benissa, dice que se utiliza este nombre en la Ribera para ser de este color el tradicional blusón de hilo que llevaban como pieza más distinguida en su humilde vestimenta. Se trataba, cuando menos, de una emigración obligada a fin de obtener unas ganancias económicas tanto en la plantada como la siega del arroz.

En uno de sus trabajos, Cardona subraya que el trabajador acudía en el campo formando cuadrilla con un capataz que se ocupaba de ajustar los contratos y ser el interlocutor ante los terratenientes. Las pandillas eran de entre 12 a 14 jornaleros para la plantada y del doble para segar. La temporada de plantar se estimaba aproximadamente de una duración de dieciséis días pero después, con la mejora de los medios de comunicación, se prolongaba dos semanas más trabajando al Delta del Ebro. En los años cuarenta del siglo XX, además de la tradicional Ribera, se hicieron temporadas en Sevilla pero fue la Camarga (Francia) el punto de destino más menudeado.

De esta costumbre, que se prolongó hasta la década de los años setenta del siglo XX, se rinde ahora homenaje a los blavets todos los años dentro del programa de las fiestas patronales. Las dos reinas depositan una corona a los pies del Monumento al Riberer ubicado en la calle Purísima Xiqueta.

 

CINCO HOMENAJEADOS ESTE AÑO

 

Toni Esquerdo Banyuls ha sido  este año el pregonero del Día del Riberer. No es casualidad sino todo el contrario. Toni es nieto de Esteve Banyuls, uno de los hombres que cogió el Camino Viejo de Valencia para ir en la Ribera. Cuando llegaban a una roca situada en las afueras rezaban la Salve mirando el campanario de la iglesia. Un acto simbólico de despedida del pueblo y de la familia y, además, se convertía también una demanda de protección hacia ellos y hacia la gente estimada que dejaban durante un tiempo.

Esteve y su pandilla iban hasta Tortosa y cogían un tren y después una barcaza hasta llegar a Sant Jaume d'Enveja, al Delta del Ebro. El benisero se enamoró de María, la sobrina mayor de Ángela, la propietaria de la casa donde se quedaban. Otro de los riberers. José Vidal, Pepe Mora, corrió la misma suerte y formó familia con una de las hermanas de María. Ahora tiene cerca de 98 años y todavía recuerda cada detalle que vivió en aquellos tiempos.

José Martínez Ivars se iba a finales de mayo hasta los últimos días de junio a plantar el arroz. Cómo trabajaban dentro del agua, un año cogió “la liacà”, como se denominaba popularmente, y tuvo que hacer camino hacia casa.

El cuarto homenajeado era Vicent Sala Bertomeu, Vicent de Peña, que cultivó arroz en la Ribera pero también en Francia. Curaba cualquier dolencia que cualquier compañero pudiera tener lo alguna parte del cuerpo. El quinto y último riberer era Pepe Aparicio Sanchis, quien contaba en su pandilla con su hermano mayor, Antonio, conocido como Anselmo.

El pregonero dijo que “para mí, los riberers significan esfuerzo, implicación, responsabilidad, coraje y alegría”. “dejando atrás amigos, familia y costumbres, sois un ejemplo de superación”, concluyó Banyuls.

<<< Volver a la portada