De los fogones al volante: El sueño de una joven xalonera que aspira a ser piloto de rallies

De los fogones al volante: El sueño de una joven xalonera que aspira a ser piloto de rallies
  14/11/2021

Creció entre fogones y menús en un popular restaurant de Xaló que siempre conoció como el negocio familiar. Pero al mismo tiempo heredó la afición a los pistones y culatas de su padre, un gran apasionado al motor. Cuando el progenitor propuso a la adolescente comprar una scotter, ésta la rebatió casi con rebeldía. “Le advertí que la scotter no iba a salir del taller, yo lo que quería era una moto de carretera”, afirma Aixa Costa, una joven xalonera que hoy, con 25 años, aspira a ser piloto de rallies. Lleva ya más de un año de copiloto en un Peugeot 106 de 120 caballos formando equipo con su pareja, Elías Vicens, con el que comparte carreras y aventuras. Justo este pasado fin de semana han participado en el 27 Rally La Nucia que ha pasado por Xaló y el Coll de Rates con un resultado más que satisfactorio.

Nada más obtener el carnet de conducir se lanzó a las cuatro ruedas. Adquirió un Corsa de segunda mano del año 97, con 60 caballos de potencia, que transformó ella misma en su propio garaje para convertirlo en su primer vehículo de ralli. Compró suspensiones por internet por 130 euros, un baket (el asiento especial para de este tipo de coches), los arnesses de enganche y unas ruedas gastadas. Fue su primera gran inversión en este mundillo. Le ayudó Elias y con él se lanzó a rodar por circuitos cerrados como el de Alzira. “Pasábamos todo el día dando vueltas”, recuerda Aixa.

Pero había que dar el salto a las carreras. Entonces, a principios de 2020, adquirieron un Peugeot 106 también de segunda mano y del mismo año que el anterior, pero con 120 caballos. “Necesitábamos correr ya”, recuerda la xalonera. Y se estrenaron en el Rally de Gandia a principios de marzo de ese mismo año, apenas unos días antes de que el mundo se detuviera por la pandemia.

Por tanto, el plan quedó paralizado, pero apenas unos meses. Regresaron en noviembre de ese mismo 2020 en el Rallye de La Nucia sin demasiada suerte, porque tuvieron que abandonar por la rotura de un palier. Ahora, la temporada presente la están llevando sin problemas, con cinco pruebas y ningún abandono. Esperan cerrar el año en la prueba de Valencia prevista para próximas fechas.

“No le podemos exigir más al coche, porque estamos corriendo al límite y plantando caras a vehículos que valen más de 300.000 euros, cuando el nuestro nos costó apenas 10.000 euros”. En Castellón fueron sextos en la clasificación, por detrás de los R5 que obtienen hasta 300 caballos de potencia.

A Aixa la enganchó a este deporte la adrenalina. La misma que provoca esos temblores de pie que la atacan mientras conducen desde el punto de asistencia al de salida, pero que desaparecen nada más recorrer el primer tramo. “Se necesita una gran concentración”, y el estrés que se supera es el mismo que el del restaurante en las horas punta. “En cuanto arranca la carrera, pasas de cero a cien en apenas un instante; como en el restaurante cuando te vienen todos los clientes de golpe”.

“Me gusta la cocina y hacer de camarera, y se cómo funciona, pero es un trabajo muy delicado; por eso es que admiro mucho a mi padre y a mi madre”, matiza. Pero ella prefiere el rallie. De momento de copiloto, que es la persona que “se ocupa de toda la parte teórica del rallie”.

Pero espera dar el salto en cualquier momento. “Ojalá pueda terminar de arreglar pronto el Mazda -otro de los vehículos que adquirió y que está arreglando para competir- y podamos probarlo en algún tramo”. Esa ocasión la pillará, seguro, con las manos en el volante.

Foto Bastian-OnlyWhips

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