El calzado

  14/10/2011

EVA PÉREZ OLTRA (*)

La función primordial del calzado es proteger al pie de los distintos agentes externos que puedan lesionarlo, como la temperatura y las irregularidades del terreno. Si el calzado es confortable facilitará la función del pie, pero si es inadecuado puede producir lesiones cutáneas y deformidades.
El calzado se subdivide en varias partes:
- Horma: Es un molde, generalmente de madera, con la forma aproximada de un pie, sobre el cual se constituye el calzado.
- Suela: Es la parte sobre la que asienta el calzado y que contacta con el suelo, no debe ser de un material excesivamente rígido, para evitar la atrofia muscular y permitir una discreta flexibilidad durante la marcha. El mejor material es el cuero pero también puede ser de caucho o materiales más porosos.
- Tacón: La altura normal debe ser entre 2 y 4 cm. En el calzado masculino suelen respetarse estas medidas, pero no en el femenino, que sigue los dictados de la moda con los consiguientes problemas de juanetes, dedos en garra, dolor en la zona plantar del pie, etc. Pero no solo los pies resultan perjudicados por un exceso de tacón, también las rodillas, la cadera y la zona lumbar.
- Corte: Es la parte superior del calzado y recubre todo el pie. Suele ir forrado con una piel suave y se fija en la suela. Se aconseja el abrochado con cordones para poder ajustar el volumen del pie al calzado, ya que a lo largo del día los pies se dilatan con frecuencia.
- Puntera: Es la parte distal del calzado y debe presentar una anchura y una altura suficientes para permitir a los dedos moverse y evitar lesiones en la piel y en las uñas.
Reglas para la elección de un calzado correcto:
- Uso: Hay que tener en cuenta  si el calzado que vamos a utilizar es para andar, hacer deporte, ir por la montaña, trabajar, etc.
- Estación y clima: Según la temperatura que haga y el tiempo (sol, lluvia…) optaremos por un calzado u otro.
- Sexo: El calzado masculino tiene unas características diferentes al femenino, por lo que hay que adaptar el pie al modelo que le corresponda.
- Material: El mejor material para la suela es el cuero, aunque también puede ser de crepé o de caucho sintético. El tacón debería de ser de madera o de caucho y el forro de tela natural o sintética.
- Peso: Debe de ser ligero en el niño, en el calzado deportivo y en aquellos pies con problemas neurológicos.
- Talla: El número tiene que ser determinado por unas medidas del pie mediante una regla graduada en números (talla), el paciente de pie y añadiendo alrededor de 1-1,5cm para el niño y 0,5-1cm para el adulto, que corresponde al deslizamiento del pie al andar.
En la práctica, el precio, la estética y el color son a menudo los principales criterios que se toman en cuenta. Ahora bien, el aspecto exterior está mejor adaptado al ojo que al pie, lo que parece paradójico en la elección de un calzado.

(*) Podóloga. Clínica Kines. Dénia.

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