El águila pescadora regresa al Cap de Sant Antoni

El águila pescadora regresa al Cap de Sant Antoni
  07/11/2021
El proyecto de reintroducción de la especie tendrá una duración de cinco años y será pionero en el mundo en la cría campestre en acantilados

Cinco polluelos de águila pescadora llegarán esta próxima primavera al Cap de Sant Antoni provenientes de Alemania. Otros quince irán a la marjal de Pego-Oliva, donde durante los últimos tres años se han hecho las pruebas para reintroducir la especie. Arranca así un proyecto medioambiental que tendrá cinco años de duración y con el que se pretende consolidar la presencia de un ave que anidó y crió durante mucho tiempo en nuestro litoral. Por primera vez, y en esto es pionero en el mundo, el hacking o cría campestre se realizará en un acantilado, el último reducto de aquellas poblaciones de pescadora que anidaron en estas costas. Todavía se pueden ver desde el mar en el Peñón de Ifach las plataformas de cría que construyeron estas rapaces, algo realmente “espectacular”.

La previsión es que lleguen 100 pollos a la marjal y al Cap de Sant Antoni en los próximos 5 años (a razón de 20 ejemplares por año) a fin de consolidar la presencia del águila pescadora en la zona. Al frente del equipo de trabajo está la Fundación Migres, con amplia experiencia en Andalucía. Allí la especie se ha reintroducido con éxito y crían ya 32 parejas desde hace 10 años.

En las jornadas organizadas esta semana para poner en marcha el proyecto hubo representación de la fundación y de los equipos que trabajan con la pescadora en el País Vasco y las Islas Baleares. En octubre del año que viene se programa la organización de un congreso internacional sobre la reintroducción de una especie cuyo estado de salud a nivel global es bueno pero que se encuentra amenazada en el Mediterráneo, como indica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su presencia en el Cap de Sant Antoni se valora muy positivamente porque podía favorecer el intercambio genético con las Baleares.

 

TURISMO DE NATURALEZA

 

A mediados del siglo XX desapareció en el Penyal d’Ifac y, poco después, a finales de los años 70, dejó de criar en el Cap de Sant Antoni. Se sabe que criaba también en la Granadella o, más al sur, en la Serra Gelada. No obstante, la costa este de la península ibérica es lugar de paso para las pescadoras de las Islas y las que migran del centro y norte de Europa y está considerada una autopista aérea de primer orden -la segunda más importante del mundo en cuanto al número de ejemplares- para las aves que se desplazan siguiendo en perfil de la costa hacia Gibraltar.

En la Marina Alta, el proyecto de reintroducción del águila pescadora empieza a gestarse en 2012 impulsado por Joan Sala, conocido amante de las aves y de la naturaleza y hoy presidente de la Junta Rectora del Parque Natural del Montgó. El propósito, como él dice, no es únicamente conseguir que le especie recolonice el territorio que abandonó sino también fomentar la educación ambiental y el turismo de naturaleza, un tema en el que los cuatro ayuntamientos implicados -Pego, Dénia, Xàbia y Oliva- están muy interesados. Roy Dennis, artífice de la reintroducción de esta rapaz en Escocia, defiende que actuaciones de este tipo pueden traer enormes beneficios económicos. Según los datos que maneja el reputado ornitólogo, una inversión de 600.000 euros realizada hace más de 10 años ha reportado a la zona unos beneficios económicos de 4 millones de euros que van ligados a todo aquello que tiene que ver con el turismo de naturaleza, las actividades educativas o la investigación, por ejemplo.

Conseguir que regresen los ejemplares criados en la Marina Alta que con la llegada del frío emprendan el vuelo hacia el sur en busca de un clima más cálido no es difícil. El macho de águila pescadora es filópatra, tiene tendencia a volver al lugar donde nació. Solo necesita encontrar la pareja idónea para criar y, poco a poco, recolonizar el territorio. Tal vez, dentro de unos años, veamos a esta rapaz pescando en el puerto de Dénia, la Marineta Cassiana, la bahía de Xàbia o las calas más resguardadas de la costa, buscando siempre aguas tranquilas. Sería una bella estampa y la confirmación del éxito del proyecto.

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