El nuevo Raquel Payá tendrá piscina terapéutica, enfermería y un aula hogar para fomentar la autonomía

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  28/11/2024
El alumnado de restauración dispondrá por primera vez de cocina y comedor específicos para las prácticas

El proyecto recoge las demandas de la comunidad educativa del centro, que confía en una mejora de la atención y de la atmósfera de trabajo

 

El ayuntamiento anuncia que las obras empezarán en 2025

 

El nuevo colegio Raquel Payá está ya más cerca de ser una realidad. El Ayuntamiento de Dénia y la dirección del centro han presentado el proyecto de las nuevas instalaciones, que contempla la construcción de un edificio de 3.400 metros cuadrados en una parcela próxima al Camí de la Bota que incluye los terrenos de los viveros municipales. Tras años “de espera y de desesperación”, y después de recorrer un camino largo “entre barracones y burocracia”, ha remarcado la concejala de Educación, Melani Ivars, el inicio de las obras parece estar más cerca que nunca. El proyecto recoge las demandas de la comunidad educativa e incluye, entre otras dependencias, una piscina terapéutica, un aula hogar para el fomento de la autonomía, enfermería y cocina y comedor específicos para el alumnado de formación profesional de hostelería, de los que adolecía el colegio. La actuación se sacará a licitación en breve y se prevé que los trabajos puedan empezar en unos cinco meses, entrado ya 2025.

            Las modificaciones realizadas en el proyecto para adaptarlo a las necesidades del centro han supuesto un incremento del presupuesto, que asciende a 8 millones de euros y que, como ya se anunció en su día, será asumido por la Conselleria de Educación. Se trata, como han recordado los representantes municipales, de un centro único para toda la comarca “que no necesita parches” sino espacios que respondan a sus necesidades reales, que no podían ser atendidas de forma adecuada en unas instalaciones que datan de 1987 y sobre las que únicamente se han realizado tareas de mantenimiento.

            La concejala de Territorio, Maria Josep Ripoll, ha anunciado que el plazo de ejecución de las obras será de algo más de un año. Se destinarán 1.400 m2 a espacios comunes, como las aulas de psicomotricidad, piscina terapéutica, educación física, rehabilitación, enfermería, el comedor o la sala de usos múltiples. El espacio docente destinado a las aulas ocupará 1.100 m2, en los que se incluyen las salas de logopedia y de música, que se impartía hasta ahora sin tener un aula específica, el aula blanca y el aula negra para estimulación multisensorial.

Las dependencias para las prácticas de la FP de restauración ocuparán unos 300 metros cuadrados. Hasta ahora la formación se impartía en aulas no adaptadas para esas funciones y haciendo uso, por ejemplo, de una placa de inducción en el caso del taller de cocina, ha precisado el director del Raquel Payá, Miquel Ivars.

            El nuevo edificio tendrá también un aula hogar con saloncito, cocina y dormitorio para aprender a vivir de forma autónoma. Los despachos y la biblioteca irán en la primera planta y se habilitará un gran porche o espacio exterior cubierto de 600 m2.

            El director del centro ha explicado que no se habilitarán pistas deportivas al uso sino espacios adaptados a los juegos y deportes que practica el alumnado, “porque aquí cuando pensamos una actividad ha de estar adaptada para todos”. El huerto escolar ocupará 96 m2 y no se descarta la habilitación de otros espacios de arbolado o para terapias con animales.

            En el colegio se instalará energía solar -la intención es que pueda llegar a ser autónomo- y se habilitará un acceso para el autobús del transporte escolar. Todas las aulas tendrán salida al exterior.

            Miquel Ivars ha subrayado que por primera vez los usuarios han podido dar su opinión sobre cómo debía ser el centro y aportar su granito de arena. Lo han hecho adaptando a sus necesidades ideas de otros centros de educación especial europeos. La comunidad educativa confía en que con el nuevo colegio no solo mejorará la atención sino también la atmósfera de trabajo. Y por supuesto, se dirá adiós a las barreras arquitectónicas.

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