El prolapso uterino

  15/11/2013

??Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)


El prolapso genital es el descenso o desplazamiento de los órganos pélvicos, a través de la vagina y en dirección a la vulva, que se produce como consecuencia del fallo de sus elementos de suspensión y sustentación, y de la inervación y musculatura del sistema urinario e intestinal. Músculos, ligamentos y otras estructuras sostienen el útero en la pelvis. Si estos músculos y estructuras están débiles, el útero cae hacia la vía del parto, lo cual se denomina prolapso. Se puede asociar a disfunción urinaria (incontinencia, infecciones de repetición, problemas de vaciado vesical, e hiperactividad del detrusor), defecatoria o sexual y a dolor pélvico crónico.
 Esta afección es más común en mujeres que hayan tenido uno o más partos vaginales. La mayoría de las mujeres con prolapso uterino leve no tienen síntomas molestos y no necesitan tratamiento, aunque se puede presentar infección y ulceración del cuello uterino y las paredes vaginales en casos graves de prolapso uterino.
 Otros factores que pueden causar o llevar al prolapso uterino abarcan: el envejecimiento; la falta de estrógenos después de la menopausia; cualquier factor que ejerza presión sobre los músculos pélvicos, como la tos crónica y la obesidad; el estreñimiento prolongado y el pujo asociado con éste pueden empeorar esta afección.
 Los síntomas que pueden aparecer son: sensación de estar sentada en una bola pequeña; relación sexual difícil o dolorosa; micción frecuente o necesidad urgente y repentina de vaciar la vejiga; lumbago; protrusión del útero y el cuello uterino a través de la abertura vaginal; infecciones vesicales repetitivas; sensación de pesadez o tracción en la pelvis; sangrado vaginal y aumento del flujo vaginal. Muchos de los síntomas empeoran al pararse o sentarse por períodos prolongados.
 Para el estudio del prolapso uterino, se hace un examen pélvico mientras haces contracción, como si estuvieras tratando de expulsar un bebé. Esto le muestra al médico cuánto ha bajado el útero. El examen pélvico puede mostrar que la vejiga, la pared anterior de la vagina (cistocele) o el recto y la pared posterior de la vagina (rectocele) están ingresando en la vagina. La uretra y la vejiga también pueden estar más abajo en la pelvis de lo normal.
 El tratamiento no es necesario, a menos que los síntomas te causen molestia. La mayoría de las mujeres buscan tratamiento cuando el útero baja hasta la abertura de la vagina. Se recomienda bajar de peso en mujeres con prolapso uterino que sean obesas; evitar hacer esfuerzos y levantar objetos pesados, dado que esto puede empeorar los síntomas, también la tos. Si eres fumadora, trata de dejar de fumar. El tabaquismo puede causar tos crónica. Puedes colocarte un dispositivo de caucho o plástico en forma de rosca, llamado pesario, dentro de la vagina. Este dispositivo sostiene el útero en su lugar y puede ser temporal o permanente. Los pesarios vaginales se ajustan para cada mujer en forma individualizada. La cirugía no debe realizarse hasta que los síntomas del prolapso sean peores que los riesgos de someterse a la operación. A menudo, se utiliza una histerectomía vaginal para corregir el prolapso uterino. Cualquier descuelgue de las paredes vaginales, la uretra, la vejiga o el recto también se puede corregir quirúrgicamente al mismo tiempo.
 Para prevenir el prolapso cervical, se pueden utilizar los ejercicios de Kegel que ayudan a fortalecer los músculos y a reducir el riesgo de prolapso uterino. La estrogenoterapia, ya sea vaginal u oral, en mujeres posmenopáusicas puede ayudar a mantener el tono muscular en el área vaginal. La pérdida de peso y el hecho de evitar levantar cosas pesadas pueden disminuir el riesgo de prolapso uterino.

(*) Especialista en Obstetricida y Ginecología.

 

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