El síndrome del niño hiperregalado
VERÓNICA MONSONIS (*)
En la sociedad actual pensamos que la única manera de demostrarles amor a nuestros hijos es a través de regalos. Es por ello, que desde que nacen les obsequiamos con todo tipo de detalles y les complacemos en lo que nos piden.
Como consecuencia, los niños pueden mostrarse más frustrados, tener poca creatividad e imaginación, no valorar las cosas que tienen o mostrar actitud de comodidad y poco esfuerzo ante todo por ejemplo.
La publicidad, los medios de comunicación y el sentimiento de culpa de muchos padres por no poder estar con sus hijos debido al trabajo, son los “ingredientes” necesarios para que ellos tengan la “receta” de pedir, pedir, pedir y recibir.
Esto no significa que no haya que comprarle nada a los niños, pero hay que tener en cuenta que los extremos no son buenos y que a los niños les encanta montar en su bicicleta, ir con su balón al parque o tener la colección de barbies, pero también es cierto que lo que más les gustaría a los pequeños de la casa (y no tan peques) es compartir y disfrutar esos regalos con sus padres.
Como padres creemos que si les proveemos de todo lo que quieren, seremos mejores, pues es una manera de sustituir el hecho de no poder dedicarles más tiempo.
En resumen debemos comprender que los juguetes no nos sustituyen, que también es bueno pasar tiempo con ellos y darles nuestra atención. Recuerda que la calidad es mejor que la cantidad.
(*) Psicóloga. Máster en Psicología Clínica y experta en Atención Temprana.