Engrasar las articulaciones
??INÉS ROIG (*)
Nuestras 360 articulaciones aseguran la movilidad y juventud de nuestro cuerpo. Es cierto que intervienen muchos factores, desde genéticos y hereditarios, a ambientales, alimentarios, de salud posturas y de comportamiento. Pero el aspecto que cuenta por encima de todos, el más importante para la salud de las articulaciones, es el de la prevención.
El mito de que llegada una edad duelen y ese dolor dificulta, acorta y envejece nuestros movimientos, y no hay nada que hacer es eso, un mito. Si se engrasan desde siempre, si se tratan con cuidado, si no se les somete a impactos excesivos... las articulaciones pueden ser la clave de una prolongada juventud. Sólo hace falta ser disciplinado y cuidadoso. Cuando se desgasta el cartílago que amortigua entre hueso y hueso, no vuelve a crecer.
Las articulaciones artríticas se hinchan cada vez más y duele de forma que la única solución es remplazarlas por prótesis, siendo las más frecuentes las de rodilla. Los problemas habituales son inflamación, dolor, rigidez y deformidad que llevan a una incapacidad funcional. No hay que llegar ahí. Ante los primeros síntomas, ante los primeros dolores hay que ponerse en guardia. Algo no va bien.
El ejercicio físico no solo es necesario para el metabolismo articular y el mantenimiento de las estructuras, también es el mejor preventivo de lesiones, deformaciones e incapacidades. No hay excusa para dejar de hacer alguna actividad física con regularidad. Lo recomendable es hacer ejercicio 150 minutos a la semana. Mantener el tono muscular hace que la mecánica articular sea correcta y facilita que los ligamentos y tendones mantengan la elasticidad que por desuso se pierde, de ahí que las lesiones de tendínitis sean muy frecuentes hacia los 40 años.
Para conseguir esto, son muy importantes las pesas. Las pesas suelen ser aburridas pero necesarias. Con la edad se pierde el tono muscular y esto provoca una desprotección articular que hace degenerar los engranajes hasta llegar a la artrosis. Y la única forma para combatirla o prevenirla son los ejercicios de tonificación y de estiramiento muscular. Así se protege la articulación. El ejercicio físico es la mejor medicina para las articulaciones, las mantiene activas y favorece su mantenimiento.
Todas las actividades que al reducir la rigidez muscular mejoran la flexibilidad y movilidad son aconsejables. Todas las personas, después de los 65 años, todas, tienen artrosis en una o más articulaciones. Pero también está comprobado que no en todas esas personas va a ser tan severa como para provocar síntomas.
Hay que beber mucha agua. Antes, durante y después de la práctica deportiva y también, por supuesto, como norma dentro de una dieta sana. Mantiene una correcta lubricación de las articulaciones y sostiene el líquido sino vial en los niveles adecuados.
Las proteínas, las vitaminas D y C y minerales tipo azufré, magnesio, silicio, fósforo y calcio ayudan a la nutrición ósea y por lo tanto son necesarios para una buena salud articular.
Hay alimentos que pueden favorecer la inflamación (y por tanto el dolor) de las articulaciones. Entre ellos están verduras como el tomate, el pimiento o la berenjena. Esto no quiere decir que se deban eliminar de forma definitiva de la dieta pero si tener cuidado con todo ello.
Lo que hay que buscar e incluir en las dietas que favorecen el correcto engranaje de nuestras articulaciones son alimentos con alto contenido en magnesio como los frutos secos (pipas, piñones, almendras...); legumbres (soja, garbanzos y alubias mejor que lentejas), verduras de hoja verde además de cereales no refinados. Otros alimentos que ayudan al cuidado y engrase de las articulaciones son la proteína animal proveniente de aves y carnes magras y el pescado.
También llevar los zapatos adecuados, sentarse o andar de forma correcta o flexional las rodillas cuando se levantan objetos pesados son pasos sencillos que a menudo olvidamos. Y, sin embargo, son pasos esenciales que favorecen la salud de las articulaciones.
(*) Farmacéutica