Excursionando por la comarca: (XX). Murla (y 2)

  25/08/2014

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En Murla, en el bar que hay a la entrada de la población es donde reponemos fuerzas aunque no hemos caminado que hemos venido en coche, pero bueno es hacer una parada a media mañana para retomar lo que queda de día con más bríos, hablamos y podemos ver la perspectiva del cavall verd que desde lo alto de las montañas que lindan con la Vall de Laguar se distingue con total nitidez. La leyenda que ilusionó a los moriscos refugiados en estos lares en 1609 durante unas fechas se hace patente en la conversación.

Mientras desgranamos recuerdos y anécdotas nos enteramos de ese guiso que en esta parte recibe el nombre de 'grinyons' y que en realidad es el 'blat picat' que hunde sus raíces en ese puñado de trigo que cada soldado romano recibía para alimentarse en las largas marchas del ejército y que a falta de una estructura culinaria y de abastecimiento él mismo debía picar y hervir añadiendo cuanto en su entorno hubiese, bien verduras, bien carne que la naturaleza pusiera a su alcance. Hoy su presentación puede variar desde una frugalidad casi vegetariana a una peligrosa suculencia. También Daniel nos aleccionó de cómo hacer una buena 'borra' o 'borreta de melva' y como en los días de fiesta, su preparación constituye un verdadero espectáculo adobado con la parafernalia pertinente y que a la hora de comer hay que hacerlo con un buen vaso de vino tinto de Jalón /Xaló y un 'poquet de pa per a no perdres el suquet'.

Culminada la tarea de reposición de fuerzas iniciamos un breve recorrido por Murla dirigidos por Daniel Sala y así podemos ver la antigua ermita de la Sangre que fue hospital, no entendido al modo actual sino al de la época y Daniel nos habla de la coexistencia de ermitas dedicadas a la Sangre (de Cristo) con la función dedicada a la sanidad o beneficencia. En esta ermita podemos ver la bella talla de la Virgen de la Aurora. La iglesia puso las fiestas del Cuerpo y Sangre de Cristo, pero en la historia ha permanecido el Corpus Christi mientras que la Sangre de Cristo ha sido relegada y sólo estas ermitas son un recuerdo de aquella devoción y los festejos que en su honor tienen lugar en algunos lugares como Dénia.

Siguiendo la misma calle llegamos al castillo de Pop en que se ubica la iglesia parroquial dedicada a San Miguel Arcángel. En la actualidad se está realizando una rehabilitación del entorno y de la plaza que da a la iglesia. Desde fuera, nadie diría hoy que es una iglesia, aunque antaño en una de las torres hubiese un campanario, pues para ubicar esta iglesia se utilizó el patio del castillo que antaño también estaba descubierto, pero que para recomponer el recinto sagrado se cubrió. En el exterior se aprecian las troneras y en el interior podemos ver el algibe que proporcionaba el agua a los que allí se refugiaban y el contrapeso que, para subir el puente levadizo existente fuera del recinto, se conserva.

En la capilla de la comunión podemos ver un retrato del Padre Pedro Vives Ivars, hijo de Murla y autor del Catecismo de la Doctrina Cristiana que durante muchas generaciones ha sido la base de la catequización que a lo largo del tiempo nos proporcionaron para ser cristianos y que llegó a tener más de 300 ediciones.

A poco que queramos aprovechar de cualquier visita y siempre que tengamos la ayuda o guía de una persona enterada, la eficacia y el beneficio que nos proporciona es inmenso y de esta forma nuestro paso por la vida tiene mayor interés. Culminado este recorrido que nos ha parecido corto, nos despedimos de nuestro amigo y guía y continuamos nuestro camino hacia Castell de Castells.

En el viaje que nos queda nos relamemos pensando en un 'blat picat' suculento, pero eso será cuando lleguemos a Castell de Castells que la jornada aun no ha concluido.

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