Hormonas, para que os quiero

  28/06/2013

??INÉS ROIG (*)

Les echamos la culpa de los kilos de más, de los cambios de humor, de esos inoportunos granitos... Sirven de excusa para muchos de nuestros problemas, pero ¿realmente son las responsables de todo?
 “Se me cae el pelo (y eso que soy mujer)”.La caída del cabello en la mujer es muy diferente a la del varón. Mientras la de ellos suele tener una causa hormonal, en nuestro caso, más bien va cambiando, volviéndose más fino. Aún así, en determinados momentos, también podemos perder pelo a causa de las hormonas. Por ejemplo, con la llegada de la menopausia se altera la relación estrógenos-testosterona y tiene mayor peso esta última. Esto hace que se vaya perdiendo peso en la región frontal y parietal, encontrándonos con mujeres que parece que tienen “entraditas”. Otro momento complicado puede ser el postparto, momento en que bajan las hormonas y esto provoca que a los tres meses haya una caída de cabello.
 “Me salen granitos... ¡a mi edad!. En la piel tenemos varias dianas sobre las que actúan las hormonas. La principal y la que más problemas da, es la glándula sebácea. Con la llegada de la pubertad, aumenta en actividad y hace su aparición el acné juvenil. Pero cada vez encontramos más mujeres que, alrededor de los 30 ó 40 años, sufren un acné tardío. A veces se debe a una alteración hormonal en la que la mujer no tiene ciclos ovulatorios y segrega más hormona masculina de la cuenta. Para esto son útiles los métodos anticonceptivos hormonales que bloquean dicha hormona masculina
 “Estoy alterada (y no sé por qué). Ese estado de nervios, de irritabilidad en los días previos a la regla es un clásico. Y detrás de esos cambios de humor se encuentran las hormonas. A lo largo del ciclo menstrual, se van produciendo fluctuaciones en nuestra tasa de secreción de hormonas, que favorecen el llamado síndrome premenstrual. Todo radica en la sensibilidad individual de cada mujer: en algunas provocará que retengan líquidos, mientras que otras sufrirán cambios en su estado de ánimo. En caso que se altere mucho la calidad de vida existen distintas propuestas terapéuticas: anticonceptivos orales, antidepresivos a dosis muy bajas, ácidos grasos omega 3 omega 6... Pero, como cada mujer es diferente, es esencial individualizar la terapia.
 “No tengo deseo sexual (y no lo echo en falta). Habitualmente, se considera que las causas de la falta de deseo sexual son de índole afectiva: falta de comunicación e intimidad con la pareja. Pero también, a veces, la biología juega un papel importante. En concreto, las hormonas. Los estrógenos, por ejemplo, desempeñan un papel fundamental en la sexualidad femenina, ya que determinan la suficiente elasticidad de los tejidos pélvicos para un acto sexual satisfactorio. Los andrógenos, por su parte, desempeñan un importante papel en la activación y el mantenimiento de la libido en las mujeres.
 “Me muero por picar entre horas (sobre todo dulce). Todas conocemos esa sensación: una hora después de la comida, sentimos la llamada de la tableta de chocolate. ¿Será también una cuestión de hormonas? Hay algo que influye mucho más: el índice glucémico de los alimentos que se hayan comido antes. Si son carbohidratos de absorción rápida como arroz o pasta, que tienen un elevado índice glucémico, aparece el hambre enseguida, tardará más en aparecer si se comen legumbres o un enorme plato de ensalada. También influyen mucho los horarios, cuanto más desorden, más se pica. Y cuando se pica, es muy frecuente tomar dulce. El consejo final hacer al menos tres comidas al día, tomar mucha fibra, grasas saludables e hidratos de carbono complejos.
 “No puedo evitar engordar (y mira que lo intento). Hay una serie de hormonas que luchan contra la bajada de peso. Algunas pueden provocar que, ante un mismo estilo de vida, unas personas ganen kilos con más facilidad. La leptina es la encargada de informar al sistema nervioso central de que el cuerpo ya tiene bastante alimento; la grelina por su parte, es una hormona gastrointestinal que está muy implicada en la sensación de apetito y en la búsqueda de alimento. Mientras una nos despierta el hambre, la otra nos indica que estamos llenos. Al parecer, las personas con niveles más altos de leptina y más bajos de grelina tienen una mayor propensión a recuperar el peso perdido tras una dieta. Las hormonas tiroideas también influyen en el peso.

(*) Farmacéutica

 

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