Ignorancia, inocencia, incapacidad...
A lo largo de una vida larga, se aprenden muchas cosas, una que quiero rescatar es la necesidad de no prejuzgar sin argumentos ni pruebas, entonces queda la gran pregunta: cuando se hacen las cosas mal ¿es por ignorancia, inocencia, incapacidad...?
Otra de las tantas cosas que se aprenden es a no dar por sentado todo aquello que parece lógico o de sentido común, porque muchos no saben siquiera qué es lógica y el otro es el menos común de los sentidos.
Por tanto, eso que está en la portada del libro del buen comunicador, hay que aplicarlo de forma permanente, pero si hemos leído el libro, claro.
Dice que no hay que fiarse pensando que los demás van a reaccionar como uno cree o como está debidamente estipulado.
Estamos hartos de ver en todos los ámbitos que la gente se salta normas por el sencillo hecho de desconocerlas o simplemente por la mala costumbre de saltárselas.
Estos temas, en política son imperdonables, porque en este terreno un paso en falso es una avalancha, un terremoto y sin dudas, la caída de puntos merecida por ser irremediablemente inútiles para el cargo.
Como en cualquier actividad, los errores reducen la imagen, aumentan la mediocridad y atrasan los posibles logros obtenidos con aciertos que ahora se nos antojan casualidades, nunca aciertos elaborados.
Si usted que está leyendo estas líneas y yo, decidimos hacer una barbacoa esta noche para unas cuantas amistades seguramente podremos reunir a una veintena de personas que disfrutarán de una buena carne a la brasa y buenos vinos.
Yo me encargo de la carne y usted del vino.
Cuando sean las dos de la madrugada, por allí no haya pasado nadie, estemos usted y yo hartos de carne y buen vino nos haremos la siguiente pregunta: ¿has llamado a tus amistades para invitarles?
Ni usted ni yo lo hemos hecho.
Esa es la explicación, aunque todos saben qué hacemos buenas carnes y bebemos buenos vinos, nadie recibió la invitación para esta noche.
Deducción: no se debe pensar que los demás saben lo que no saben o sí saben pero no saben que lo saben.
No se líen más, hagan las cosas bien y si no, dejen paso a quienes sí saben hacerlas, con mucha experiencia y demostrados exitosos resultados.
No es cuestión de años sino de conocimientos, puede que lleven muchos años haciendo las cosas mal aunque alguien que acabe de llegar sepa qué debe hacer, simplemente por conocimientos o aceptar consejos de quienes tienen esa exitosa experiencia tan difícil de obtener en estos años que nos rodean.