La entrevista / Luis Silvestre Borrego: “La Marina Alta tiene un gran potencial en enoturismo”

La entrevista / Luis Silvestre Borrego: “La Marina Alta tiene un gran potencial en enoturismo”
  03/02/2025
“En la tienda Melicatesen, a quien tiene interés le doy a probar vinos y vermuts y le explico cosas de la comarca”

Seguro que la mayoría de la gente que conoce a Luis Silvestre Borrego desconoce que es ingeniero técnico en diseño industrial, aunque desde hace unos años es el propietario del establecimiento Melicatesen dedicado a la venta de productos de las comarcas de la Marina. En Bocairent, su ciudad natal, trabajó en la empresa familiar dedicada al textil hasta que en 2003 se trasladó a Dénia. Se ha convertido en un experto en los recursos culturales de la Marina Alta. Actualmente, también es el gerente de la Ruta dels Riuraus. Y otro dato que pocos saben: es autor de un juego de mesa denominado Trinligüis.

            PREGUNTA: Acaba de volver de Fitur, ¿qué sentido tiene esta feria en el mundo actual dominado por internet?

            RESPUESTA: Lo digital está muy bien, pero que no se pierda el contacto humano. De hecho, es una buena oportunidad para reencontrarte con gente del mundo del turismo. Por ejemplo, en la Ruta dels Riuraus estamos metidos en una asociación que se llama Iter Vitis, que es un itinerario cultural europeo que potencia el paisaje de la viña, por lo que quedamos todos los años en la feria ya que los miembros son de Andalucía, Rioja, País Vasco y Galicia.

            P: ¿No se queda la comarca como una aguja en un pajar entre tanta oferta mundial?

            R: Sí, pero lo que hacen otras comunidades autónomas es como mucho mostrar las provincias y visualmente no vas a ver los pueblos. Una vez que te acercas a la provincia, sí que puedes acceder a la información más local, pero exteriormente lo que hacen los stands autonómicos es comunicar la marca global autonómica, aunque hay ayuntamientos que apuestan por su estand propio.

            P: Es usted es el padre del Pasaporte de las Bodegas de la Marina Alta, que se presentó hace poco y que está teniendo buena aceptación.

            R: Sí. De hecho, el otro día me llamaron de algunas Oficinas de Turismo  para que llevase más pasaportes. La gente está contenta, los bodegueros también, y yo también.

            P: ¿Cómo se ha planteado este proyecto?

            R: Es una publicación en la que está recogida toda la oferta de enoturismo de la comarca, que existe, pero desperdigada. Está en cuatro idiomas y cada bodega tiene su oferta de visita y cata con su precio. A medida que vas visitando las bodegas, te van acuñando el pasaporte. A final del año, las quince personas que más bodegas hayan visitado les regalaremos un pack de tres vinos. Y hay un concurso de fotos en Instagram y el premio es una comida para dos personas en el restaurante Mena. Lo pueden recoger en las Oficinas de Turismo de la comarca.

            P: ¿Tiene futuro el enoturismo de la Marina Alta?

            R: Estoy convencido de que la Marina Alta tiene un gran potencial en enoturismo, porque va a más. Cada vez hay más bodegas. Creo que es la combinación perfecta de la costa con el interior.

            P: Algunas bodegas de fuera se han establecido en la comarca, como Pepe Mendoza.

            R: Y también Montesanco y otro que va a abrir en Benissa, que yo sepa de momento. Hoy por hoy hay 24 bodegas productoras de vino de característica muy diferente, lo que lo hace más atractivo.

            P: ¿Qué tipo de gente está interesada en este tipo de turismo?

            R: Hay estudios sobre el perfil del enoturista y suelen ser personas de entre 30 y 60 años, que tienen inquietudes culturales para conocer la zona no solo a nivel de sol y playa sino que quieren dar un paso más y conocer la cultura, la gastronomía, los productores, el vino…

            P: Disfrutar del paisaje.

            R: Exacto. Y es un turista muy interesante porque, según algunos estudios, se gastan una media de 200 euros al día, que supera el gasto habitual. Cuando van a visitar una zona, pernoctan por lo menos dos días, lo que implica que se van a quedar en un hotel, casa rural o apartamento turístico. Y es un turismo que desestacionaliza, que es lo que interesa. De hecho, los peores meses para visitar bodegas son los de verano, porque hace mucho calor y apetece más estar en la playa. Pero, el resto del año, incluso cuando las cepas están hibernando, también son bonitas de ver, y solo hay una manera para seguir disfrutando de este paisaje.

            P: Lo de la desestacionalización sigue un reto. ¿Cree que ha avanzado?

            R: Se está trabajando en ello, pero queda por hacer. Turismo de congresos e incentivos, turismo cultural e incluso el agroturismo pueden ayudar a ello.

            P: Durante unos años usted organizó unas actividades musicales en bodegas. ¿Van a continuar?

            R: Durante cuatro años hicimos los Atardeceres de Vino y Música, que era música en directo en diferentes bodegas de la comarca. Este año algo haremos también. Empecé con Pablo Camino, que era entendido en música y yo en las bodegas, un buen tándem.

            P: ¿Cómo va la Ruta dels Riuraus?

            R: Estamos ahí, he tenido alguna reunión con algún pueblo que se quiere adherir. Estamos promocionando la última guía que publicamos de cicloturismo, que también es otro turismo que desestacionaliza. Hay gente que se dedica a recorrer zonas en bicicleta. El cicloturismo es un ciclismo relajado, pausado y de observación. En Fitur he enseñado la guía a agencias de viajes que se dedican al cicloturismo que les resultó muy interesante porque hay una temática común detrás. También a la Red de Caminos Naturales.

            P: ¿Las instituciones públicas colaboran en estos proyectos?

            R: Sí. En el Pasaporte han colaborado la Ruta del Vino de Alicante y Alere Dolia, del Auditori de Teulada Moraira. Y la Ruta dels Riuraus es una asociación de ayuntamientos.

            P: Una botella de vino o un producto gastronómico, como lo que hay en su tienda, es una buena forma de llevarse un recuerdo de la comarca. Son como ‘souvenirs modernos’.

            R: Yo les llamo regalos gastronómicos. Para la gente que quiere llevarse algo de aquí, la tienda es el sitio ideal. A veces, cuando me voy fuera, busco tiendas como la mía y no es fácil. A dónde vayas aconsejo probar lo de la zona. Y lo mismo ocurre cuando vienen a la mía. Tienen interés en probar los vinos de la comarca. Yo les explico, les doy a probar vinos y vermuts, y al mismo tiempo en la sala de catas les cuento cosas de la comarca, hablamos de las pasas, del paisaje, de la historia de Dénia y de las bodegas. La gente sale contenta.

            P: Quizás faltaría algún souvenir relacionado con la cultura y la historia. Por ejemplo, un muñequito que represente a Muyahid.

            R: Sí tuviese salida, yo estoy dispuesto a todo. Si alguien se anima a desarrollarlo, que cuente conmigo.

            P: Lo que sí que ha puesto en marcha es el juego de mesa Trinlingüis para aprender idiomas de una manera divertida. 

            R: El nombre se lo puso mi hijo Luis. Hice una maqueta y lo lleve a casa para testearlo. Se lo propuse a un fabricante y le gustó. Ahora, estoy con un proyecto de un juego, también con cartas, para descubrir las Denominaciones de Origen de vino que hay en España. Mi hija Carlota me riñe porque solo hago juegos para aprender. En la tienda estamos descubriendo nuevas denominaciones, una vez al mes hacemos una cata que se llama 3+1, con tres vinos de fuera y uno de aquí. En España tenemos 70 denominaciones de origen y 150 variedades autóctonas, ¿por qué quedarnos con las de siempre?

 

Muy personal

 

            P: ¿Por qué se fue a vivir a Dénia?

            R: Por amor. Conocí a Arancha, mi mujer, y decidí venirme a Dénia, comenzar un nuevo camino.

            P: Y entonces emparentó con una familia muy conocida, los Merle.

            R: Y que yo ignoraba que fuera tan conocida. Siempre he veraneado en Dénia, pero de Dénia solo conocía la urbanización, la piscina, la playa y poco más. Es cuando vengo a Dénia a vivir cuando me enamora la comarca.

            P: ¿Qué atractivo le vio a la Marina Alta?

            R: Quizá esa combinación de mar y montaña, su actividad cultural, la vida en la calle, las fiestas, la gente, etc.

            P: ¿Y qué tal con Nicolás Merle, su suegro?

            R: Una persona sensacional con la que comparto gustos afines en cuanto a historia y cultura. Ahora estoy leyendo “L’últim serf”, de Maria Ibars, y habla de los Morand y se lo comenté. Cuando escribió “El Mut de Morand” le ayudé con el árbol genealógico que aparece en el libro, o en la organización del encuentro del 150 aniversario de la Casa Carbonell. A mí todas estas cosas me gustan.

            P: Tienen un grupo de bocairentinos residentes en Dénia. ¿Cuántos son?

            R: Hay varios: David Vanyo, que es el director del Hospital San Carlos; Juan Antonio Palao, que también trabaja en sanidad, otro señor que está jubilado… somos unos seis. Cuando faltan pocas semanas para las fiestas de Moros y Cristianos de Bocairent, siempre quedamos un día con nuestra manta tradicional.

            P: Ha sido capitán de su filà, Terç de Suavos.

            R: Fui en 2020. Allí es diferente. Hay nueve filaes y cada una tiene un capitán. Es como si fuera el Primer Tro. Son muy diferentes a las de aquí. Bocairent es el único pueblo donde todas sus filaes son centenarias, de hecho, la más joven tiene 120 años.

            P: Incluso le dedicaron un pasodoble, que se llama ‘Del Montcabrer al Montgó’.

            R: Es de Fernando Cantó Salinas, que es amigo de la cuadrilla de Bocairent. Es músico y profesor de dolçaina, Me dijo que quería regalarme una pieza y me preguntó si tenía alguna idea. Le contesté que un pasodoble alegre, que no sean esas marchas marciales y serias. Algo alegre y divertida y acertó. El título es emblemático.

            P: ¿Difícil elección, el Montcabrer o el Montgó?

            R: Sí. De hecho, allí se hace un acto de presentación de capitanes y la chica que lo presentó lo explicó, que en fiestas hago el camino inverso, del Montgó al Montcabrer. A mí las montañas me gustan mucho. Con un amigo de aquí de Dénia, él es lituano, Antanas, hicimos el reto de subir a las 31 cimas de la comarca que tengo documentadas. Las subimos todas. Fue muy bonito porque descubrimos sitios que de otra forma no hubiéramos ido.

            P: ¿Le han tentado alguna vez para entrar en política?

            R: Nunca. Y no me apetece. 

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