Opinión / JAIME MONFORT MIRALLES: No estamos a su altura

Opinión / JAIME MONFORT MIRALLES: No estamos a su altura
  02/02/2025

Me gustaría empezar este artículo recordando que el perro actual doméstico desde sus orígenes mantuvo una evolución y desarrollo constante para adaptarse a las ayudas que el ser humano les requería en función a unas necesidades específicas. 
    El desarrollo fue constante, apareciendo así diferentes especialidades en el mundo canino que fueron aprovechadas por nosotros para seguir creciendo y mejorando nuestras condiciones de vida. 
    Dependiendo de su funcionalidad fueron apareciendo diferentes razas, desarrollos de instintos y genéticas  preparadas para sus trabajos, perros que eran felices haciendo sus labores, conocían su oficio, ejercitaban sus características su capacidad física y mental, su temperamento…. En definitiva fueron un regalo de Dios.             

Pero el humano creció mucho y muy rápido, puso en práctica otras formas de supervivencia y necesidades, todo fue cambiando, sin tener en cuenta a nuestros maravillosos amigos que tanto nos ayudaron a nuestra propia evolución. (¿se nos olvidó)
    En la actualidad nos encontramos en un mundo donde la gente busca perros pastores pero que no pastoreen, perros guardianes pero que no se pasen en su oficio,  perros de caza que no cacen, perros de rastro pero que no agachen la cabeza y sigan un rastro, galgos que no corran ni persigan conejos, perros grandes pero que no te empujen, perros rateros que no ladren, perros de venteo pero que no venteen y así seguiríamos con más…
    Difícil lo tenemos para explicarles y que entiendan que a partir de ahora no podrán cazar, no podrán corren cientos de metros detrás de una liebre, no podrán seguir un rastro, no podrán reunir rebaños o en su vida verán una oveja, no pensamos en lo que le apetece, en lo que saben y quieren hacer, en lo que entienden, en lo que les da seguridad y la felicidad de ser quienes son en definitiva darles lo que necesitan. 
    Anulamos sus identidades con el solo fin de ser bonito, gracioso o simplemente el peludito que estamos buscando que hagan lo que queramos sin molestarnos y sin pensar en lo que ellos quieren o necesitan. Claro, después los pobres se nos quejan y aparecen los famosos comportamientos indeseados y hablamos de correcciones de conducta y encima nos extrañamos y les culpamos de ello, joder quien genera y practica los comportamientos no deseados y a quien hay que corregir sus conductas no es a nuestros perr@s, sus conductas son consecuencia de nuestra forma de actuar y la falta de conocimiento necesario para el beneficio, respeto y agradecimiento a ellos por todo lo que nos dan y nos han dado. 
    Conclusión: No estamos a su altura, nos estamos equivocando.

(*) Educador Canino.

<<< Volver a la portada