La entrevista/Mamen Martí: “El problema más acuciante en Dénia en estos últimos años es el acceso a la vivienda”
“Como en cualquier otra ciudad turística y costera, hay población que se va quedando sola”
J.V. BOLTA
En 1983 Mamen Martí Frau fue una de las dos trabajadoras que montaron el área de Servicios Sociales, que no existía en el Ayuntamiento de Dénia. En aquellos momentos estaba acabando sus estudios en Alicante y el entonces jefe de la Policía Local, el cabo Catalá, fue a buscarla a su casa para que se incorporara. Se acaba de jubilar después de cuatro décadas. Aunque era la jefa del departamento, siempre ha estado a pie de calle y en contacto directo con los problemas de los ciudadanos.
PREGUNTA: Los Servicios Sociales han tenido una evolución espectacular desde que comenzó a trabajar hasta ahora.
RESPUESTA: La verdad es que sí. Al principio se realizaba una labor más asistencial y de apoyo a la beneficencia. Creo que la evolución ha sido meteórica. Ya la ley del 86 de los Servicios Sociales autonómicos pegó un cambiazo tremendo. Se hablaba de prestaciones y no de asistencialismo. Y la ley de servicios asistenciales de la Comunitat Valenciana de 2019 es super avanzada y se dirige hacia un bienestar social inclusivo.
P: Es un área del Ayuntamiento más desconocida y muy amplia.
R: Los Servicios Sociales tienen como objetivo ser el intermediario o el mediador entre la ciudadanía y el bienestar social con todo lo que ello implica. Estamos hablando de las áreas educativa, preventiva, asistencial, rehabilitadora, insertadora…
P: ¿A qué grupos de población van dirigidos estos servicios?
R: Todos podemos acudir a los Servicios Sociales en cualquier momento de nuestra vida y no solo porque tengas alguna situación de necesidad externa o un problema tremendo de adicciones u otra cosa. Esta área sirve para acceder a cualquier recurso normalizadísimo de la sociedad y para exigir los derechos que nos corresponden como ciudadanos en el caso de una discapacidad, los recursos para mayores o los de cualquier otro tipo dentro del bienestar social.
P: ¿Cuáles son los problemas más preocupantes en Dénia?
R: Es una ciudad que se ha hecho grande, convivimos personas de muchas nacionalidades con diferentes costumbres, pero la veo una sociedad bastante permisiva, bastante tolerante y asertiva. El problema más acuciante que he visto en estos últimos años es el acceso a la vivienda. Es terrible y la verdad es que en el departamento estamos con las manos atadas porque no puedes llegar a dar verdaderas soluciones. El Ayuntamiento ha hecho un gran esfuerzo tanto económico como técnico en el tema de la vivienda, ayudando aunque sea económicamente para dar esas entradas que te piden y que son bárbaras. Pero es que hoy por hoy no hay acceso a alquileres. Te piden tantos requisitos, como un contrato fijo, un aval y cuatro meses de adelanto, que no se consiguen ni con toda la ayuda del mundo.
P: ¿Son los jóvenes los más afectados?
R: Este problema afecta a jóvenes, a mayores y a familias. Es una cosa que se tiene que solucionar y hay que poner toda la carne en el asador porque afecta a todos y a la dignidad humana. Si no tienes un sitio donde vivir dignamente, raramente podrás trabajar dignamente ni podrás insertarte en la sociedad.
P: ¿Se puede llegar a todo desde el Ayuntamiento?
R: Lo intentamos. Ahora hay mucha demanda y lista de espera, pero he contado con un equipo de profesionales, que son magníficos y lo están dando todo. Somos unas cuarenta personas, de dos que estuvimos durante muchos años, Pilar Acle y yo, durante muchísimos años.
P: Durante sus años de trabajo han pasado varios partidos por el gobierno municipal. ¿Ha influido el color político en el funcionamiento del departamento?
R: En el área de Servicios Sociales hemos tenido bastante suerte porque los partidos políticos nos han dejado trabajar. Primero ha habido un proceso de conocimiento de las personas y de las políticas sociales, pero después nos han respetado bastante.
P: ¿Cuáles son las situaciones más difíciles con las que se ha encontrado?
R: Recuerdo las épocas de incendio del Montgó y las riadas. Y últimamente la época covid y el confinamiento. Dimos la cara a tope y se ayudó a un montón de personas para que no tuvieran que salir de casa. Sobre todo a familias con menores, en las que de repente dejaba de entrar cualquier ingreso en la casa y las situaciones eran muy sangrantes. La verdad es que lo pasamos mal.
P: Habrá habido momentos gratificantes.
R: Sí. Yo me levantaba todos los días con energía y con la alegría. Me ha gustado muchísimo mi trabajo y en parte se debe a que es gratificante cuando las cosas salen bien y has podido ayudar a alguien o a solucionar algún problema.
P: ¿Recuerda algún caso con final feliz?
R: Hay muchos, como cuando se entregaron las viviendas sociales de los grupos de la Caldera del Gas y La Paz. Nos costó un año y pico de gestiones y de valoración de expedientes y después la gente estaba tan feliz por tener una casa digna. O cuando hemos tramitado adopciones de niños y los papás tienen en casa a su hijo. En el caso de personas mayores con verdaderos problemas, tramitas una ayuda a domicilio y de repente te los encuentras paseando por la calle Campos, acompañados por el cuidador. Esa es una gratificación muy grande.
P: ¿Cuáles son los colectivos más vulnerables?
R: Las mujeres víctimas de la violencia, los okupas, los sin techo y también las personas mayores que están solas. En Dénia, como en cualquier otra ciudad turística y costera, hay población que se va quedando sola. Antes, generalmente eran extranjeros y ahora tenemos españoles, ya no tanto de la Comunitat Valenciana, que también, sino también de otras comunidades que han venido aquí. Dejan de hablarse con la familia o con los hijos y se quedan solos.
P: Es una realidad que no sale a la luz pública.
R: La verdad es que es muy triste. A lo mejor es que como sociedad hemos ido a la nuestra en estos últimos años y hemos dejado abandonado el cariño entre la familia y el respeto. Y lo estamos notando.
Muy personal
P: ¡Menudo acto de despedida que le hicieron en el Ayuntamiento por su jubilación!
R: Increíble y luego una fiesta sorpresa en Ca Nano. Fue espectacular y yo estaba en shock. Vino hasta la hermana Pilar Adell, que me dio una gran alegría. Hacía años que no la veía. También estuvieron mis compañeros ya jubilados. Guardo un recuerdo muy bonito de mis años de trabajo en el Ayuntamiento.
P: ¿Hay que tener una vocación especial para trabajar en Servicios Sociales?
R: Es una profesión que la comparo a la medicina o la psicología, en el sentido de que tienes que tener un matiz especial de que, por ejemplo, no hay horarios y de que, cuando hay una urgencia, tienes que salir. Y se presentan situaciones que te llegan al alma.
P: ¿A qué le gustaría haberse dedicado de no haber trabajado en el Ayuntamiento?
R: La verdad es que lo acerté mucho en los estudios. De joven me iba mucho el teatro, la mímica y cosas así.
P: ¿Los funcionarios son una clase trabajadora privilegiada?
R: Creo que no. Y lo digo después de 40 años. Accedes a ello por oposición bastante dura y luego te riges por unos reglamentos. En Servicios Sociales la peculiaridad ha sido distinta porque muchas tardes o fines de semana hemos tenido que estar a pie de calle.
P: A partir de ahora tendrá más tiempo para disfrutar de sus aficiones.
R: Sí. Me gusta mucho viajar y caminar. Y juego al pádel, aunque bastante mal. Ahora, estoy contenta y feliz. Ahora es todo distinto y estoy empezando a acostumbrarme, pero de momento no me da tiempo a nada.
P: ¿Ha tenido alguna vez oportunidad de dedicarse a la política?
R: Muchas veces me lo planteaban porque yo daba muchos discursos en el trabajo. Tenía las ideas muy claras y definidas. Sin embargo, al trabajar en el Ayuntamiento sería incapaz de presentarme a la política.
P: ¿Va mucho a Ca Nano?
R: Sí, claro. Mis padres conformaron una familia, que nos han dejado unidísimos. Esta semana hemos ido a comer los hermanos. Poto es el único chico que nos queda y es nuestro pilar. Lleva Ca Nano de forma genial, de una manera popular y para la gente.