La hostelería encara la Navidad con poco movimiento previo a los días fuertes
Las reservas para las fechas más señaladas de las fiestas suavizarán los efectos de la crisis pero no salvarán la temporada
Los clientes habituales repiten y encuentran seguridad en los establecimientos de confianza
Nada de blanca Navidad. El sector hostelero se enfrenta a las Navidades más negras que se recuerdan. Con el aforo limitado a una tercera parte y mesas con un máximo de seis comensales o diez en los días señalados, a no ser que se trate de un grupo de convivientes más numeroso, los restaurantes ofrecen atractivos menús y preparan sus salones para acoger a quienes opten por celebrar las fiestas fuera de casa y en torno a una buena mesa. Hay reservas, pero nada que ver con otros años. La gente se espera a última hora, pregunta y se interesa por las medidas de seguridad. Pero siempre pensando en alguna de las tres citas navideñas esenciales: Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. Pocas reservas para cenas o comidas de amigos o empresas en los días previos. La de este fin de semana, por ejemplo, será una imagen que distará mucho de la que ofrecían los locales por estas fechas el año pasado. Lejos del bullicio habitual, pocos brindis y, lo que es peor, muy bajo volumen de negocio.
La Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Marina Alta (AEHTMA) valora positivamente que se pueda trabajar en Navidad aunque sea con restricciones. La presidenta, Cristina Sellés, cree que la reapertura del ocio nocturno -pese a tener que trabajar en condiciones distintas- es una buena noticia y subraya que la hostelería tiene la esperanza puesta en estas fechas. “La gente quiere juntarse y está empezando a reservar”, señala. Un indicador, añade, de que se están haciendo las cosas bien y de que se ha transmitido un mensaje de seguridad. “La comarca está muy preparada, hay ganas de trabajar y la gente va a estar muy bien cuidada”, comenta la presidenta. No cree que las limitaciones por mesa sean un obstáculo –“si somos más de diez, se reservan mesas separadas y se siguen las normas en todo momento”- y apela al sentido común y a la responsabilidad de todos. “Ahora más que nunca”, dice.
LA COMIDA DEL 25
Muchas reservas para el 25 de diciembre. Algunos restaurantes tienen ya casi todas las mesas llenas. Son reservas de clientes habituales, los de todos los años. Ahora bien, tengamos en cuenta que la normativa solo autoriza un 30% de las plazas y por lo tanto es mucho más fácil llenar el local. Se aprecia en general que no hay prisa. Las reglas son cambiantes y la gente se está esperando muy a última hora para guardar mesa, “es más precavida”, comenta Fernando González, de Grupo El Raset. Sus cuatro restaurantes –Mr. Fisher, Ticino, El Raset y La Barqueta- ofrecen menús especiales para los tres días señalados y las reservas las copan principalmente clientes locales. “La gente que sale tiene las cosas claras, sabe cuáles son sus prioridades, nos conoce y sabe que nuestros locales dan garantías y tranquilidad”, señala.
Distancias, ventilación, climatización, medidas de higiene. La seguridad es una máxima que se sigue a rajatabla en todos los establecimientos, pero también una de las principales preocupaciones de los comensales. “En el salón del Hotel Les Rotes tenemos espacio suficiente para garantizar la separación entre las mesas y entre las personas de una misma mesa”, remarca Carmen Martí, de MR Hotels, quien destaca que la gente pregunta mucho sobre este aspecto. Óscar Marí, de La Xerna del Mar, lo tiene claro. Explica que quienes llaman para reservar “se interesan por los menús y también por cómo van a estar sentados”. Por eso su prioridad no es tanto apurar al máximo los metros del salón, aunque el número de comensales tenga que ser menor, como garantizar que los clientes se sientan cómodos: “prefiero que la gente coma tranquila a ganar alguna mesa y tenerla más apretada”.
Los hosteleros perciben que hay predisposición a comer o cenar fuera de casa los días de Navidad -“la gente tiene ganas de salir, de despejarse”, afirma Carmen Martí-, pero también advierten que hay cierto temor a lo que pueda ocurrir, como indica David Aguado, que está al frente de El Jamonal de Ramonet y el Restaurante Balandros: “la gente quiere ir a comer fuera, pero está un poco asustada”. Ante todo se prima la confianza, nos dice. Por ello, considera que los test rápidos pueden contribuir a reforzar la seguridad y la confianza al proporcionar un control sobre los contagios a nivel general y también entre el colectivo de trabajadores de la restauración.
Como otros muchos hosteleros, Aguado sostiene que la situación es preocupante y que no se va a salvar la temporada con las mesas de Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. No está habiendo apenas cenas o comidas en los días previos -ya sean de grupos de amigos o compañeros de trabajo- y vaticina que la situación va a ser delicada cuando pasen las fiestas. “Enero y febrero van a ser meses muy duros, hay que tener los locales acondicionados y para algunos va a ser muy complicado aguantar”, precisa.
Fernando González coincide en que la Navidad “no va salvar la temporada ni el mes”. “Hay un control de gasto derivado de la situación económica y del miedo a lo que pueda pasar que hace que la gente esté siendo muy precavida”, apunta el gerente de Grupo El Raset. El panorama no es nada alentador, “se va a trabajar como un 50% menos que el año pasado y con las plantillas reducidas”, puntualiza Óscar Marí, quien remarca que los fines de semana de este diciembre quedan muy lejos de los del año pasado, “cuando teníamos que hacer un verdadero ‘tetrix’ para poder dar servicio”. En La Xerna del Mar, añade, el día de la cabalgata “era un día de trabajo fortísimo” y se notará especialmente la suspensión de este acto. Como otros establecimientos, ellos ofrecen también para el 6 de enero un menú de Reyes.
PARA LLEVAR EN NOCHEVIEJA
A raíz de las restricciones y las limitaciones, como la prohibición de circular por la calle después de la una y media de la madrugada la noche del 31 de diciembre al 1 de enero, las empresas han introducido cambios en la organización de las cenas. No habrá fiestas cotillón, “aunque no dejaremos de servir menús especiales y celebrar las cenas de gala, que este año serán más tranquilas”, relata Fernando González.
En el Hotel Les Rotes, donde hay muchas reservas para la cena de Nochevieja con pernoctación incluida, se sustituirá el Dj y la barra libres habituales por la música en directo de un violinista que amenizará la velada y una copa. MR Hotels ofrece también en el Hotel Costa Blanca la posibilidad de encargar el menú especial que se servirá esa noche para llevárselo a casa. Una buena opción para quienes, por aquello del toque de queda, no quieran estar pendientes del reloj y también para quienes, como dice Carmen Martí, deseen alargar la fiesta hasta bien entrada la madrugada. “Solo tienen que calentarlo antes de sentarse la mesa y disfrutar de la noche en casa sin prisas”, añade. Imaginación y ganas de trabajar hay muchas.