La hostelería se da un respiro con un verano comparable al de 2019

Pasado el ecuador del verano, el sector hostelero de la Marina Alta no puede más que reconocer que la temporada está siendo muy buena. No hay más que salir a la calle y visitar los principales municipios turísticos de la comarca -también los de interior- para ver que hay gente y que el turista se mueve. Hay ganas de salir, de disfrutar de las playas y de la naturaleza, de comer fuera de casa y conocer cosas nuevas. Aunque sin cifras oficiales, pero habiendo tanteado al sector, se manejan datos similares a los de 2019, cuando todavía nadie imaginaba lo que se nos iba a venir encima y había una clara tendencia al alza en pernoctaciones, gasto y volumen de negocio. Incluso en algunos establecimientos la cosa ha ido mejor. Falta ahora redondear la temporada, que se mantenga la tendencia a la baja en los contagios y que el tiempo acompañe. El año ha sido muy duro y el invierno es largo.

            Sin duda, el sector turístico se ha visto beneficiado del avance en el ritmo de vacunación, como se apunta desde la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Marina Alta (AEHTMA). Junio y julio han sido meses buenos y agosto, como siempre, se lleva la palma. No hay sin embargo que lanzar campanas al vuelo, claro está, porque hay que compensar las pérdidas que se arrastran desde marzo de 2020 y pensar en lo que pueda venir, advierte la asociación.

            Los hosteleros creen que la cosa podría haber ido todavía mejor si no se hubiese perdido un turno en las cenas con el adelanto de la hora de cierra. Si antes podían hacer dos turnos -el primero por lo general con clientes extranjeros, por aquello de que cenan más pronto, y el segundo con españoles, acostumbrados a cenar tarde y alargar la sobremesa-, ahora solamente pueden hacer uno. Y encima con menos mesas -por aquello de las distancias- y el aforo en interiores al 50%.

            Organizarse en estas condiciones es complicado, también para terrazas pequeñas, y más todavía cuando el número de reservas canceladas se dispara. Lo bueno es que igual que se anula se reserva -es decir, llegan enseguida reservas nuevas-, pero lo malo es que a veces no es posible reorganizar el comedor o la terraza por la capacidad y las distancias entre mesas.

            Desde AEHTMA se ha planteado buscar alguna APP o sistema de digitalización para los restaurantes asociados que implique el pago de una señal o adelanto cuando se hace la reserva, como ocurre en muchos hoteles o alojamientos turísticos. “Hay gente que reserva en varios sitios y anula a última hora”, precisa la gerente de la asociación, Reme Cerdá, “lo que supone un problema para volver a cuadrar las mesas en el restaurante”. Con esta herramienta, que algunos restaurantes ya han puesto en marcha por su cuenta, sería más fácil optimizar los recursos y confirmar las reservas.

            El otro gran problema al que hace frente el sector es el cierre del ocio nocturno, que está funcionando con un horario muy reducido y dando servicio de hostelería.

            Con todo, el verano está siendo un balón de oxígeno para un sector que ha demostrado con creces su capacidad de resiliencia y adaptación a situación más que delicadas. “Vemos el futuro esperanzador, con optimismo”, dice Cerdá, “pero sin olvidarnos de lo que dejamos detrás”. Subraya el gran esfuerzo que han hecho los asociados para cumplir la normativa y las duras condiciones en las que se ha estado trabajando. Para septiembre, se prepara una campaña con el patrocinio de la Costa Blanca que se hará llegar a todo el territorio español y también a algunos países del extranjero. La llamada al visitante se hace con la frase Búscame en Dénia, una invitación a descubrir y visitar una ciudad que tiene ya las miras puestas en el D*NA y el Concurso de la Gamba Roja. Pero todo eso, para cuando pase el calor.