La Marina Alta recupera población en 2020 a ritmo lento pero seguro y consolida la línea ascendente de los últimos tres años
Llíber sigue restando residentes mientras Calp progresa adecuadamente
La despoblación del interior no se frena, salvo el curioso caso de Murla que crece un 7,8% mientras que su vecina Benigembla cae un 9,5%
La comarca se resarce de la crisis del Brèxit que reduce a la mitad el número de británicos
La población en la Marina Alta al cierre de 2020 se sitúa en 178.203 habitantes, según la última actualización de datos del padrón municipal que publica la Diputación de Alicante en su página web (basados en el Instituto Nacional de Estadística). Esta cifra supone un leve incremento del 1,7% respecto del registro de 2019, aunque suficiente para consolidar la línea de recuperación de población de los últimos tres años. Respecto de la última década, la comarca queda aún lejos de los casi 202.000 que alcanzó en 2012 (ahora cuenta con un 11,5% menos de población), aunque mejora sensiblemente (casi un 5%) respecto de la vertiginosa caída que experimentó entre 2016-2017, cuando tocó fondo por debajo de los 170.000 ciudadanos.
Un total de 22 municipios de los 33 de la comarca han crecido en este último año, aunque la mayoría de ellos en porcentajes exiguos (entre el 0 y el 5%). El que más Murla (7,87%) y el segundo Xaló (4,71%). El ránking de municipios que han perdido población lo encabeza Llíber, con más de un 11%, seguido de Benigembla (9,5%). La Vall de Laguar, la Vall de Gallinera y la Vall d’Alcalà, junto con l’Atzúvia y Castell de Castells, también aparecen en la lista de retrocesos -a ritmo por debajo del 10%-, lo que evidencia que la despoblación del interior no tiene freno.
MOTIVOS PARA CRECER O PARA MENGUAR
Las causas que provocan el crecimiento o decrecimiento de la población pueden ser en algunos casos circunstanciales y en otros una cuestión de diligencia en la tramitación de los registros, o incluso de dejadez o desinterés por parte de la ciudadanía, principalmente los extranjeros. Sin duda, la influencia de este último colectivo en el territorio de la Marina Alta es muy trascendente: uno de cada tres residentes de la comarca proviene del exterior (muy por encima de la media autonómica y provincial que se sitúa en torno al 15%).
Estos últimos son datos de un diagnóstico territorial que publicó el Creama a través del Observatori de la Marina Alta y en el que también se apuntan las causas del retroceso que sufrió la comarca a mediados de la última década (2016-2017). El retorno de inmigrantes a sus países de origen como consecuencia de la crisis económica es uno de ellos, junto a la revisión de los padrones que provocó el borrado de cientos de vecinos que realmente no residían en los municipios, o incluso que lo vieran pero no renovaron la residencia. El Brèxit podría haber incidido en la caída de residentes británicos, o quizás no tanto porque la presencia de este colectivo en la comarca retrocedió con más fuerza del 2013 al 2014 -pasó de ser el 15,4% de la población total al 11,2%-, antes del referéndum, mientras que desde 2015 hasta ahora su presencia se ha mantenido en torno al 9,5%.
LLÍBER PIERDE UNO DE CADA CUATRO HABITANTES
Llíber es el municipio que más población ha perdido en el último año (11,23%) y acumula en toda la década un descenso del 22,4%. Es también el municipio de la Marina Alta con mayor índice de residentes extranjeros durante los últimos diez años. En la primera mitad de la década el porcentaje se situaba en torno a un 70% (en 2016 alcanzó el pico del 71,4%). En 2020 la caída respecto de esa media ha sido del 10%, para quedarse en el 60,3%. El municipio se mantuvo por encima de los mil habitantes hasta 2017 y, salvo un repunte al año siguiente, la curva se manifestó a la baja hasta llegar a los 830 censados del año pasado. En los últimos cinco años pues, Llíber ha perdido uno de cada cuatro habitantes.
El alcalde, Juan José Reus, lo atribuye a diversas causas. Por un lado, al envejecimiento de los residentes, algunos de los cuales han preferido regresar a su país de origen. Luego el Brèxit, que ha marcado un cambio en las tendencias. “Muchos británicos de edad avanzada han vendido sus casas y se han marchado a su país; ahora se han instalado holandeses, belgas y franceses”. Y claro, algunos de los que han llegado recientemente aún no están inscritos en el padrón municipal. La revisión del padrón de mediados de década también dejó fuera a muchos extranjeros, matiza el alcalde, quien se muestra convencido que el 2021 marcará el inicio de la recuperación poblacional. Un argumento de peso a favor es la pandemia: “con el tema de la vacuna contra la covid van a tener que empadronarse todos aquellos que la quieran recibir”, observa.
EL RECORD DE CALP: UN 34% MENOS EN SEIS AÑOS
Calp ostenta el récord de pérdida de población en la última década -al menos sobre los papeles-, con un porcentaje que alcanzó hasta el 34% en un lustro -pasó de 29.718 en 2011 a los 19.591 en 2016, más de 10.000 habitantes menos-. Ahora el escenario ha recuperado cierta normalidad, y el porcentaje respecto a ese mismo periodo se sitúa en el 21,5% (23.325).
Pero ha supuesto muchos esfuerzos, según destaca la concejala de Padrón y Residentes Internacionales, Hilde Backaert. De hecho, la situación llegó a ser declarada de “emergencia local” por el que fuera alcalde en los momentos más críticos, César Sánchez. No era ninguna broma, porque el Ayuntamiento dejaba de percibir 2,7 millones de euros per el descenso del padrón. A partir de ese momento se puso en marcha una campaña “a todo gas”, recuerda la concejala, para animar a los ciudadanos a renovar su empadronamiento. Se calculaba entonces que en Calp vivían en torno a 45.000 personas, más de la mitad sin empadronar, y se desplegaron brigadas de “agentes padronales” para recorrer casa por casa. Aquella campaña dio sus frutos, y en los últimos cinco años la población ha crecido casi un 20%, más que cualquier otro de la comarca. “Se ha mejorado, pero no podemos bajar la guardia”, resume Hilde.
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