La transferencia de embriones en la fecundación “in vitro” debe realizarse entre el tercer y el quinto día
Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
En la fecundación “in vitro” el embrión tiene una evolución un poco más lenta que en la fecundación natural. Uno de los factores que interviene en el éxito de la fecundación “in vitro” es la elección del momento adecuado para la transferencia de embriones, que se debe realizar entre el tercer y el quinto día ya que “no será hasta el cuarto o quinto día que el embrión llegue a considerarse un blastocito formado por hasta 200 células”.
Tras haber realizado la punción folicular a la futura madre y fecundar el ovocito en el laboratorio, comenzará el desarrollo del embrión y “en 24 horas ya se puede observar la formación del embrión, en 48 h. ya tiene 4 células y en 72 h. ya tiene 8”.
No obstante, existe controversia respecto al día de la transferencia porque, por una parte, hacerla durante el quinto día supone mejores cifras de implantación y un menor riesgo para el futuro bebé de que presente alteraciones cromosómicas.
El problema reside en que no todos los embriones son capaces de llegar a la fase de blastocito y, de hecho, el desarrollo embrionario “in vitro” es más lento y algunos embriones pueden detener su desarrollo. Por ello, es más conveniente realizar la transferencia en el tercer día.
En este sentido, “en la fecundación “in vitro” el embrión tiene una evolución un poco más lenta que en la fecundación natural, lo que supone que si esperamos hasta el quinto día corremos el riesgo de que el embrión no llegue a buen término y por tanto tengamos que cancelar la transferencia”.
En la mayoría de los casos se opta por realizar la transferencia en el tercer día pero hay casos en los que la recomendación es realizarla en el quinto día. Esto ocurre en mujeres en las que se consigue un número elevado de embriones y es muy probable que al menos uno o dos alcancen la etapa de blastocitos. De igual forma para aquellas mujeres que hayan sufrido fracasos de embarazo.
En estos casos, “el número de embarazos evolutivos que se consigue es mucho más alto, con la ventaja adicional de que así podemos transferir un solo embrión, con lo que evitamos el riesgo de embarazo gemelar; si existe un deseo expreso de la mujer de tener un embarazo de feto único, la solución es trasferir un solo embrión en día cinco”.
El momento en que el embrión pasa de estadio de células (día 3) a blastocisto (día 5) es un cambio delicado que puede comprometer su viabilidad. Ésta es una de las razones por las que algunos embriólogos prefieren realizar la transferencia en día 3, cuando el embrión tiene entre 6 y 8 células.
Si dejamos el embrión en cultivo hasta día 5-6 existe la posibilidad de que el desarrollo se detenga y por tanto nos veamos en la obligación de cancelar la transferencia. La transferencia en estadio de blastocisto tiene ciertas ventajas que hacen que muchos embriólogos la prefieren.
• Permite seleccionar el embrión de mayor calidad con mejor criterio. Valorar el día a día del embrión en función de ciertos parámetros morfológicos y morfocinéticos permite seleccionar de forma más específica el embrión con mayor potencial implantatorio.
• Ajustar la selección del embrión permite realizar transferencia única sin bajar la tasa de éxito y evitando con ello el embarazo múltiple.
• La transferencia embrionaria en día 5 permite imitar de forma más real lo ocurrido naturalmente, consiguiendo una mayor sincronización entre el estadio fisiológico y la receptividad endometrial.
(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.