Las lesiones del cuello uterino precancerosas

Las lesiones del cuello uterino precancerosas
  11/03/2019

Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)

 

Si bien la clasificación de Bethesda de 2001 sentaba las bases de una terminología unificada y estandarizada que acercara a ginecólogos y patólogos en el manejo de las pacientes sometidas a programas de pruebas para el diagnóstico precoz de cáncer de cuello uterino, las directrices allí reflejadas poco o nada han cambiado en las sucesivas revisiones, véanse clasificación Bethesda 2004 y reuniones de las sociedades de colposcopia y patología cervical.

            Por tanto, somos libres de afirmar que el término LSIL-H (lesión escamosa intraepitelial de bajo grado, no se puede descartar lesión de alto grado) no se ha reflejado en ninguna de las clasificaciones universalmente aceptadas hasta el momento.

            La pregunta que debemos hacernos es de dónde procede este término. LSIL-H es una categoría diagnóstica que surge de la práctica diaria. Muchos, si no todos, de los patólogos se enfrentan diariamente a extendidos citológicos, que cumplen los criterios diagnósticos para ser categorizados como LSIL (lesión escamosa intraepitelial de bajo grado), pero en los que además se identifican células con alteraciones morfológicas que plantean dudas razonables sobre la posibilidad de pertenecer a una lesión de alto grado. Dicho escenario no es otro que la traducción a nivel citológico del debate establecido a la hora de clasificar lesiones intraepiteliales como de alto o bajo grado, desde el punto de vista arquitectural-histológico.

            Sabemos que el proceso de displasia es gradual y no homogéneo, de forma que las lesiones de alto grado han sido, en su mayoría, lesiones de bajo previamente y que en determinados lapsos de tiempo, caracterizados por el proceso de progresión lesional, coinciden morfologías pertenecientes a ambos extremos de la escala, con la consecuente presencia de células que exhiben rasgos de bajo y alto grado en un mismo extendido (en caso de que exista progresión lesional).

            Como el manejo y pronóstico de las lesiones intraepiteliales de bajo y alto grado es distinto, el citólogo corre el riesgo de quedarse “corto” en su valoración del grado lesional, si se ciñe a reflejar en el informe la morfología más común, de ahí la necesidad de disponer de un término que describa esta circunstancia. Una alternativa ampliamente utilizada para vencer esta dicotomía ha sido la de adjuntar dos diagnósticos en un mismo informe (LSIL + ASC-H) o bien emitir un diagnóstico de lesión de bajo grado, añadiendo en una nota o comentario, las dudas que genera la presencia de una segunda población celular que exhibe mayor atipia. Dichas alternativas, aunque eficaces, condicionan categorías diagnósticas no estandarizadas ni reconocidas que pudieran llevar a dudas y dilemas en el manejo de las pacientes.

            Con tal pretexto han sido varios los intentos por integrar esta nueva categoría diagnóstica a las actuales clasificaciones internacionales sin que hasta la fecha ninguna se haya hecho eco de la misma.

 

(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.

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