Las personas usuarias del centro de día de Aprosdeco aprenden el oficio de la agricultura

Del semillero al huerto

Todo empezó en el mes de noviembre con una visita a la Estación Experimental Agraria de Carcaixent. Era el primer paso para un gran proyecto: la creación de un semillero con varias especies hortícolas que, cuando la iniciativa haya tomado forma, pueda abastecer a agricultores de la comarca. Así se planteó Cultivem Integrem, una propuesta de La Xarxa Agrícola Marina Alta que la asociación Aprosdeco vio con buenos ojos y que ha permitido a varias personas usuarias del centro de día empezar a formarse en el oficio de la agricultura. Ahora, con algunas semillas todavía en el invernadero, han comenzado a plantar en el pequeño huerto que han habilitado junto al centro. Regar, abonar, poner cañas a las tomateras y retirar las hierbas de alrededor han sido las tareas de la semana. Pronto, si todo va bien, recogerán los frutos.

            El taller ocupacional de ámbito agrícola tiene como finalidad última la creación de un pequeño taller viverista económicamente sostenible y un huerto urbano que sirvan de apoyo para que las personas con diversidad funcional aprendan un oficio. En los primeros meses han montado el pequeño invernadero -suficiente para las pruebas piloto- y han visto crecer algunas semillas. El semillero está enfocado al aprendizaje pero también a la producción, ya que se pretende que algún día los planteles se puedan vender a los usuarios de la Xarxa Agrícola para que los planten en sus huertos. Todas son especies hortícolas, como las que se han plantado en el huerto. De momento, tomates, berenjenas, pimientos y “fesols de la peladilla”. La intención es plantar también melones, pero todo depende de cómo evolucione la plantación y del tiempo de que dispongan.

            Comparten con el monitor del grupo, Ramón Gil, y con quien coordina el taller desde la Xarxa Agrícola, Agustí Espí, las tareas del día a día. Tienen una compostadora para abonar la huerta, aunque para que el compost esté en su punto óptimo todavía tendrán que esperar un tiempo. Todo tiene su proceso, y eso es algo que también se aprende en el taller.

Más allá del carácter ocupacional del proyecto, explica Espí, “la iniciativa cuenta con un carácter social vital, ya que el trabajo de campo y al aire libre es muy reconfortante para las personas con diversidad funcional que participan en el proyecto”.

            El proyecto se encuentra en una fase piloto o de iniciación y habrá que ir perfilando muchas cosas. De momento, cuenta con el apoyo de varias entidades y empresas que han colaborado con su puesta en marcha. A través de la Xarxa Agrícola, impulsada por Creama, se han conseguido materiales reciclados, como mangueras para canalizar el agua, sustrato abono o bidones. La alcaldesa de La Xara y concejala de Agricultura de Dénia, Maite Pérez, les ha facilitado una persona de apoyo, Toni Walton; la empresa viverista de Xàbia JGPS ha donado materiales agrícolas y la Estació Experimental Agrària de Carcaixent, donde se impartió el taller inicial de viverista de siembra y reproducción de esquejes, las semillas para el taller ocupacional.

            Ramon Gil explica que a las personas usuarias del taller les gusta realizar estas tareas. La idea es que los integrantes del grupo vayan rotando para que todos los que lo deseen se puedan familiarizar con la agricultura. Diana es una entusiasta del taller. Le gusta ver programas en la televisión donde se trabaja la tierra y se plantan especies hortícolas. A ella, como el jardín, trabajar la tierra la relaja. También a su compañera Ana María, a quien le gustaría trabajar en una floristería.