Lo que se roba no se devuelve

Por fin hemos llegado a parecernos todo lo posible a los países más corruptos de la Tierra, políticos, empresarios, cuentistas, aprovechados suman en una larga lista de imputados y condenados por aprovecharse de puestos clave dentro de las economías y políticas de sus países.

No es cuestión de bajar al detalle, baste decir que no hay muchas noticias de devoluciones de los dineros sustraídos, enormes sumas que provocaron la necesidad estatal de ayudar a salvar la economía de bancos y empresas obligando al gobierno a recortar por lo más débil en beneficio de los que más tienen y detrimento de los que cada vez son más pobres.

Hoy ya hablamos del trabajo pobre, ese que se realiza por pocas horas cuya remuneración no alcanza ni para la luz, pero reduce la cifra de parados.

Ahora bien, aún suponiendo que todos estos chorizos consentidos lleguen a la cárcel por sus fechorías, no queda muy claro que devuelvan el dinero sustraído y, si llegasen a devolverlo, no hay garantías de que así sea porque el ciudadano no podrá comprobarlo jamás y, lo que es peor, el nivel de vida que se ha perdido gracias a los recortes, tampoco se recuperará jamás.

Si el Dioni, aquel estrábico sencillo y desconocido que pasó unos pocos años en la cárcel a cambio de un furgón blindado cuyo contenido nunca apareció, ¿qué podemos esperar de estos poderosos que tenemos en España?

Es posible que ni vayan a la cárcel ni veamos nunca lo robado.

Sólo nos queda pensar en que son muchísimos menos los que no están pringados que los que sí lo están.

Ahí queda la fortuna de Felipe lograda con su salario de presidente, la de Bárcenas y ahora la de Puyol, por aquello de resumir en unos pocos encubiertos que tapan los delitos más graves de personajes intocables, aforados...

¿Qué habrá realmente detrás de cada uno de todos ellos?

¿Cuántos serán los que no nos imaginamos de qué han sido capaces mientras creemos en ellos sin dudarlo?

Piensa mal...y acertarás...pero lo que se roba, no se devuelve.