Los Rederos: gente de la mar guitarra en mano

Jóvenes, inquietos y con muchas ganas de aprender y de experimentar. Todas estas cualidades unían a los integrantes de la rondalla Los Rederos de Calp. Y una más, compartían oficio ya que reparaban las redes o artes de pesca de los barcos de arrastre. De ahí viene su nombre. La formación se creó en 1953 de la mano de Don José Pastor, Mayor de la Armada de España, y de Esteban Martí Martínez, que ejercía de director. El grupo de guitarras, bandurrias y laúdes estaba formado por Miguel Crespo, Jacinto Moragues, Juan Torres, Pedro Tur, Joaquín Roselló, Andrés  Torres, Francisco Morató, Mateo Zaragoza, Enrique Pastor, Pascualet De Coet, Miguel El Gatero y Angelines Martí, hermana del director.

            Uno de ellos, Joaquín Roselló, tiene ahora 84 años y recuerda con nostalgia su paso por Los Rederos cuando apenas tenía 15 años. “Éramos todos jóvenes, compañeros, y Pastor tocaba la guitarra. Buscó gente que le gustara la música y nos apuntamos casi todos”. Tocaban muchas veces en el mismo patio o solar donde reparaban las redes, un par de días a la semana. Lo más curioso del caso es que, la mayoría de ellos, no tenía conocimiento alguno de notas musicales ni solfeo. “Aprendimos de oído y el maestro cambió las notas por números. Era cuestión de memorizar la secuencia numérica y ensayar mucho”, cuenta Roselló.

            La música era un pasatiempo de la época porque todos vivían de los trabajos relacionados con el mar. Roselló estuvo cinco o seis años, hasta 1958-59, cuando fue reclamado para hacer el servicio militar. Luego se sacó el título de Patrón de Pesca de Altura “y ya me desconecté de la música porque trabajé con diferentes barcos por todo el mundo”.

            Varios de sus compañeros siguieron el mismo rumbo y Los Rederos, como grupo, se deshizo. El relevo o continuación fueron Los Voluntarios, con una mezcla de veteranos y nuevas incorporaciones. Las dos formaciones fueron la base de lo que sería luego la Rondalla de Calp. Una vez jubilado de la faena de la mar, Joaquín Roselló retoma su afición por la música y entra en la rondalla. Pero, pocos meses después y fruto de su espíritu inquieto, crea la Escola Calpina de Corda junto con Vicent Llopis y Pedro Jaime Tur. Estamos en el año 2000 y se atreven con obras de autores clásicos, como Mozart o Bach, bandas sonoras de cine e, incluso, con versiones de grupos de siempre como Abba. “Para todo esto sí necesitamos más estudios de solfeo y estudiamos para ello”, confiesa. La Escola llegó a tener hasta una treintena de alumnos y en su seno nació la Orquestra de Pols i Pua de Calp.

            Joaquín Roselló y Pedro Jaime Tur –que tenía muy buena voz- formaron un dúo y era frecuente verles actuando en fiestas, bodas e, incluso, iban a casas particulares para cantar a personas mayores. Son célebres y muy recordadas sus canciones en las fiestas de La Cometa. “A propuesta de Bernat Banyuls”, cuenta, “hicimos cuatro o cinco canciones dedicadas a Sant Joan, el patrón de La Cometa”.

Roselló ha viajado por España como miembro de diferentes rondallas que acompañaban a grupos de danzas. Con el Grup de Danses Centener, de la Vila-joiosa, estuvo una semana en Galicia y con el Cresol de Alicante fue más allá de los Pirineos, a la ciudad de Dijon.

MAESTROS Y MÚSICOS PROFESIONALES

            Roselló se siente muy satisfecho y “molt ben pagat” porque la labor de docencia iniciada en la Escola Calpina de Corda ha tenido sus frutos. Tres jóvenes calpinos empezaron allí y ahora son maestros y músicos profesionales: Christian Vázquez, Darío González y Sergi Ripoll. Los tres han formado la Ensemble Ifach con instrumentos de cuerda, guitarras, bandurrias, laúdes, contrabajos y mandolinas.

            La pandemia del coronavirus lo ha transformado todo y hace un par de años que no hay fiestas en La Cometa. Pero, si todo va bien, volverán este año y Joaquín comenta que “voy a contactar con los tres, buscaremos un cantante, un par de ensayos y estaremos otra vez en La Cometa, como siempre”.

            Ya lo saben, la música y las canciones de Joaquín Roselló y sus jóvenes –ya expertos- discípulos no faltarán a la cita por Sant Joan.