Mi agradecimiento a quienes nos gobiernan

Alguna vez comenté en este espacio la dificultad de empezar una hoja en blanco y llenarla de algo que guste a los lectores.

Después de algunos encuentros callejeros, bares y gasolineras, he confirmado que el lector quiere lo que llamamos "chicha", es decir, polémica y, si se dice algo que pocos se atreven aunque todos apoyan, mejor.

Estamos en tiempos de bonanza para este caso, es más, hasta se pone difícil elegir un tema porque queda obsoleto en dos días y superado por una docena de disparates en el día a día.

Así, la Infanta y su marido son un excelente tema para preguntarse qué necesidad tenían de cargarse un negocio tan prometedor como la familia real.

También es un tema fantástico cómo poco a poco el tiempo va abriendo cuentas en Suiza de inocentes del caso Bárcenas, destapando cada vez más corrupción.

Sin olvidar que los bancos siguen siendo rescatados a paladas de miles de millones de euros mientras recortan algunos centenares en sanidad o educación, pensiones y otras necesidades de poca monta.

Los sindicatos y hasta el Canal de Panamá se ven envueltos en remolinos de barro indecente de quienes se quedan con un dinerito que ni es poco ni es suyo.

Pero lo peor es esa dictadura que existe dentro de los propios partidos, en el mismísimo Parlamento, donde no votar lo que se ordena es sancionable y hasta se puede perder el asiento.

¿Cómo es posible que los gobernantes, tanto en el centro como en los ayuntamientos, tengan la más mínima credibilidad si sabemos que son títeres de sus líderes?

Rajoy fue puesto a dedo por Aznar y de ahí hacia abajo los cargos son impuestos del mismo modo, por amistades que no por capacidades, total, no hay que saber ni pensar, sólo hay que obedecer, así se cuida el puesto, un sueldo que corta el hipo y una jubilación asegurada para los que no tienen opción de ser consejeros en las empresas a las que durante sus mandatos han sabido ayudar.

Imagínense si hay temas para destapar y levantar ampollas, eso sí, con cuidadito, no sea cosa que alguien se enfade y nos ponga a todos en la lista negra de los que cobrarán más tarde o de los indeseables que no dejan que "la secta" haga su agosto, digo, su legislatura.

Mejor será jugar a ser hipócrita y agradecer a todos la fábrica de temas que nos ofrecen a diario.