Mirades a la terra, una exposición para descubrir el papel de los huertos urbanos
La exposición Mirades a la terra, que se puede visitar en la Casa de Cultura hasta el 23 de noviembre, es un homenaje a las personas que cultivan los huertos urbanos de Dénia, situados en Torrecremada. Al centenar de parcelas que están en activo, se sumará el día 18 un nuevo lote de tierras. Serán ya 150, y todas ellas tienen nombre y apellido: el de aquellos que siembran, riegan y tienen cuidado de los pequeños bancales. Algunas están también gestionadas por usuarios del TAPIS y pronto, en solo unas semanas, habrá cuatro más cedidas en uso a otras dos asociaciones. Se hará entre otras la entrega de una parcela a un hombre de 90 años, la persona de mayor edad que accede a uno de los bancales del Huerto Urbano de Dénia.
Es tiempo de habas, coles, brócoli, coliflores y guisantes. También de pencas y acelgas, apunta alguien desde detrás. Los labradores comentan con entusiasmo en la inauguración el trabajo de los huertos urbanos y lo que da la tierra. Cada cosa a su tiempo, con una producción más o menos variada según la temporada. Pero siempre, fruto de la ilusión, el intercambio de conocimientos y la experiencia.
La muestra, explica la concejala de Agricultura, Sandra Gertrúdix, pretende dar a conocer lo que se hace en los huertos urbanos y también su importancia como herramienta de socialización. Veintiocho fotografías y un video dan cuenta del trabajo de la tierra. Hacen especial incidencia en la preparación del bancal, la siembra, los utensilios que se utilizan y la cosecha. Se reserva un espacio también en la exposición para el tiempo de ocio, muy importante. Es allí donde se hace el intercambio de sabiduría, se alimentan los conocimientos y se mata el hambre.
Los huertos urbanos se pusieron en marcha en 2011. En breve se repartirá el tercer lote de tierras entre los usuarios, personas jubiladas que han superado la sesentena. La concesión se hace por dos años prorrogables y las parcelas, dotadas de servicio de riego por goteo, tienen alrededor de 50 metros cuadrados cada una.
La exposición combina las imágenes con elementos físicos relacionados con el trabajo en los huertos, como por ejemplo herramientas, maquinaria y los mismos productos agrícolas. Es un homenaje a los usuarios y también el trabajo de la tierra, así como una manera de dar a conocer la vertiente social del proyecto.