No te dejes la piel

  07/07/2011

??INÉS ROIG (*)

El sol tiene numerosos efectos beneficiosos, pero también perjudiciales para la piel. Es el principal factor de riesgo conocido en el desarrollo de melanoma cutáneo.
En el siglo pasado, la piel blanca era sinónimo de riqueza y belleza, hasta que apareció Coco Chanel y empezó a poner de moda las pieles bronceadas. En la década de los 60 ya se tomaba el sol sin piedad. Aceite de oliva, crema hidratante…, todo era válido para conseguir una piel morena. Dos décadas después, los científicos empezaron a alertar de los peligros que comporta tomar el sol sin control. Desde ese momento no ha hecho más que confirmarse que el sol tiene más efectos perjudiciales que beneficiosos. La radiación ultravioleta no solo produce fotoenvejecimiento cutáneo, también daños oxidativos en las células. Con toda la información que poseemos, y sin embargo, más de la mitad de personas que toman el sol, lo hacen sin protección.
A pesar de todo, el sol es imprescindible. Entre otras cosas, es una de las fuentes principales para sintetizar vitamina D esencial para el metabolismo mineral y óseo. Su carencia puede producir enfermedades como osteoporosis en adultos y raquitismo en niños. Existen patologías, como la psoriasis o los eccemas, que pueden mejorar con la exposición al sol. Además, afecta al estado de ánimo. Cuando tomamos el sol, liberamos endorfinas, sustancias que disminuyen ante un estado depresivo, lo que hace que nos sintamos bien. Quizá esta podría ser una de las causas de la adicción a la radiación solar. Aunque, todavía no está claro que sustancia es la responsable de crear cierta adicción. Lo que sí es seguro es que existe, y de hecho cada vez hay más casos de tanorexia, principalmente en usuarios de cabinas de bronceado artificial.
Nuestra piel no se acostumbra al sol, al contrario, a más exposición, mas se daña. Además el sol es acumulativo, las quemaduras solares deben evitarse a toda costa porque quedan registradas por nuestro organismo. Por eso es tan importante protegerse desde la infancia.
Ponerse moreno, no es un efecto beneficioso, es un mecanismo de la piel para protegerse de una agresión. Estar bronceado no es sinónimo de salud.
Las exposiciones intermitentes, intensas e intencionadas son las de mayor riesgo para el desarrollo de melanoma, especialmente en los primeros 20 años de vida.
Las cremas con factor de protección solar superior a 20 ayudan a tener una vida sana al aire libre. No se debe confundir estar moreno con estar sano. Hay que utilizar el sentido común y evitar las horas de máxima radiación, de 12 h. a 17 h., y las exposiciones prolongadas, y no olvidar el uso de gafas de sol, gorros, estar bajo una sombra correcta, así como aplicarse correctamente las cremas al menos media hora antes de ir a la playa, e ir reponiéndola periódicamente cada dos horas y tras cada baño. También es importante extremar las medidas en personas de mayor riesgo como niños, adolescentes y pieles más claras.

(*) Farmacéutica

 

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