La ciencia sí forma parte de la cultura

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  01/02/2025

Daualdeu es una revista de divulgación científica y tecnológica que se edita en la Marina Alta desde el año 2009 a cargo de la asociación Meridià Zero. Salen dos publicaciones al año, una en la primavera y la otra en otoño, en valenciano, con una tirada de 1.900 ejemplares y el próximo número -en abril de 2025- será el que hace 28. La cabecera le va como anillo al dedo porque, no en balde, el dado es un homenaje al objeto por antonomasia del estudio de probabilidades y el diez es la base de nuestro sistema de numeración. Además de esto, Daualdeu es una resonancia clara e intencionada del nombre de un grupo de artistas plásticos excepcionales y osados de la segunda mitad del siglo pasado, Dau al Set.

            La mayor parte de los socios de Meridià Zero son profesores de ciencias -de física, química, matemáticas, etc.- y alguno de historia de la comarca, a pesar de que no es un requisito obligado para formar parte. Además, cuentan con colaboradores de renombre como por ejemplo J.M. Mulet, Daniel Climent, Joan Borja, Roger Sanchis Gual, Miguel Ángel Sanchis Lozano, Antoni Furió, Vicent Carles Navarro Oltra, etc. El cuaderno central de cada revista está dedicado a un tema de ciencia relacionado con la Marina Alta. En el último número, referido a la ciencia en la Edad Media, se hace mención a los hermanos Ibn As-Saffàr, uno astrónomo (Abú L-Qàsim) y el otro astrolabista (Muhàmmad) y también a Abú S-Salt Umàyya, un sabio polifacético de Dénia. En otras ediciones se ha hablado de personajes muy significativos como el matemático Vicent Caselles Costa, de Gata de Gorgos, del muy conocido doctor Paco Torrent y de Celedoni Calatayud Costa, de Pedreguer, médico y primer catedrático de radiactividad.

            Hay un apartado reservado a la participación del alumnado de los institutos de la comarca que esté interesado. Además, Juan José Ortuño, presidente de la Asociación Astronómica Marina Alta, tiene una sección fija donde muestra las efemérides astronómicas que ocurrirán en el semestre siguiente a la salida de la revista. Además, Catalina Luque, catedrática de Lengua y Literatura, comenta un libro de ficción donde aparece la ciencia por alguna razón. Y, para redondear la pieza, al Rincón de Fibonacci, matemáticos proponen un problema a resolver, la solución del cual se da en el próximo número.

 

La ciencia no es aburrida

Daualdeu tiene una razón de ser, no ha salido de la nada. El presidente de Meridià Zero, Josep Lluís Doménech, doctor en Química, dice que el objetivo “es hacer llegar la ciencia a la sociedad, no solo con la revista sino también con charlas, exposiciones, observaciones astronómicas, etc.”. “Hay esa idea”, continúa, “de que la ciencia no forma parte de la cultura, como si fuera una cosa extraña. Ese, al menos, es el sentimiento que se percibe entre los científicos”. La gente no la ve como parte de la cultura, como sí hace con una exposición de pintura, un recital de poesía o un concierto de música.

            Una percepción, a su entender, muy equivocada porque, de hecho, “la ciencia nos influye en gran medida en nuestra vida”, dice Doménech. De hecho, en los últimos 250 años, la sociedad, al menos la Occidental, ha hecho un salto enorme propiciado por el desarrollo científico y tecnológico. No hace falta más que atender a las nuevas formas de comunicación en tiempo real, cuando antes una carta tardaba mucho a llegar a su destino. Y no hay que decir nada de los chips de los ordenadores, de las pilas, de la energía, de los coches y un largo etcétera.

            A estas alturas está en debate la energía y las alternativas al combustible fósil porque aboca dióxido de carbono a la atmósfera y, con esto, todo el que supone en relación al calentamiento del planeta. Se habla de la eólica, de la fotovoltaica, de la hidráulica y de la nuclear, a pesar de que esta última es la más polémica porque genera residuos radioactivos. “La gente tiene que decidir qué hacemos, tenemos que tomar una decisión entre todos. Hay quién dice que esas cosas no le interesan pero hace falta que sepa que alguien tomará decisiones por él”, subraya el doctor en Química. “Por este motivo”, añade, “queremos mostrar que la ciencia tiene posibilidades y que hay que implicarse o, al menos, estar enterado”. Unas decisiones que dependerán del conocimiento que tengamos y Daualdeu se formula como una plataforma, cuando menos, de acceso a ese conocimiento “o, al menos, para saber por dónde van las cosas. Creo que saber cómo se trabaja en la ciencia es un aspecto importante puesto que ayuda a entender porqué hemos llegado hasta aquí”, concluye.

            Y se ha hecho camino, y tanto. Daualdeu ha recibido el reconocimiento en casa nuestra en forma de Premio 9 d’Octubre Vila de Jávea 2024 y de uno de los Premis Ocell que le otorgó la Asociación Cultural Ocell d’Ondara en la última convocatoria. La ciencia es parte de la gran aventura intelectual del ser humano, fruto de su curiosidad y del intento de representar y entender el mundo en que vivimos. Y como producto del pensamiento humano, la ciencia es un componente esencial de la cultura.

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