Pies cavos

  08/12/2011

EVA PÉREZ OLTRA (*)

El Pie cavo es una deformidad caracterizada por un aumento excesivo de la bóveda plantar. Los dedos pueden quedarse agarrotados o flexionados, lo que disminuye el tamaño del pie.
En el 80% de los casos el origen del pie cavo es hereditario. Existe la posibilidad de que esta alteración se produzca por una enfermedad neurológica (Las enfermedades neuromusculares que provocan cambios en el tono muscular pueden llevar al desarrollo de arcos altos), por lo que es vital que el especialista realice un diagnóstico.
El pie cavo es bastante frecuente entre la población general, aunque en sus formas más leves. Estos casos de pie ligeramente cavo no tienen porqué recibir un tratamiento específico, siempre que no ocasionen molestias ni dificulten la marcha.
Síntomas:
Cuando la deformidad es más acusada, pueden empeorar algunos síntomas con la edad:
- Dolor en la planta del pie (Fascitis plantar).
- Dolor en la zona del talón (Talalgia).
- Durezas dolorosas en las zonas de mayor apoyo (Hiperqueratosis plantar).
- Dedos en garra.
- Aparición de tendinitis en el tendón de Aquiles.
- Dificultad para calzarse.
- Dolor en la zona lumbar (Lumbalgias).
- Dificultad o cansancio para permanecer de pie sin moverse.
Tratamiento:
Si se acusan estos síntomas, el especialista determinará el tratamiento más adecuado, que puede ser con ejercicios específicos o soportes plantares(plantillas). En general, se recomienda el uso de zapatos cómodos, flexibles y anchos, sobre todo en la puntera, para permitir movilidad en los dedos. El tratamiento también puede ser quirúrgico en los casos más graves. Ramón Viladot, presidente de la Escuela del Pie de la Sociedad Española de Reumatología, recuerda que los pies cavos asintomáticos (no dolorosos o molestos) no deben tratarse con cirugía y, en todo caso, hay que esperar a que el pie crezca y se desarrolle completamente.

(*) Podóloga. Clínica Kines. Dénia.

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