Puig anuncia que la gente podrá ir a la playa “con permiso de la crisis” y Cristina Sellés dice que ojalá sea así 

AEHTMA pide al Ayuntamiento que autorice ampliar las terrazas y que este año se renuncie al cobro de las tasas 

Nadie sabe nada. Ni cuándo ni cómo se producirá la reapertura de los locales de hostelería y en todo caso qué medidas de seguridad se tendrán que adoptar. De momento, el presidente Ximo Puig ha anunciado que “nuestra voluntad es que las playas puedan ser accesibles este verano”, siempre que haya todas las garantías sanitaria. La posibilidad de que la gente pueda ir a tomar el sol y a bañarse es “real”. 

Estas declaraciones han sido acogidas con optimismo por la presidenta de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo (AEHTMA), Cristina Sellés, quien ha señalado que ojalá sea. Lo cierto es que los profesionales del sector están “super impacientes” por iniciar la actividad pero también sumidos en una “incertidumbre económica”, dice sellés, porque, en caso de que se retrasen la apertura de bares, restaurantes y hoteles el impacto económico negativo puede ser de órdago.  

Sellés ha anunciado este lunes que la hostelería está preparada para hacer muchas cosas, aunque los empresarios sufren también ansiedad. Primero, porque las administraciones anuncian muchas ayudas, que quedan en nada y no llegan a los interesados. A ello se añade que la prioridad en estos momentos es superar la crisis sanitaria. La presidenta de AEHTMA es consciente de que los ciudadanos van a tener que convivir con el virus durante mucho tiempo y que se tendrán que tomar medidas de protección tanto para ir a la playa como para estar en un establecimiento hostelero. Pero advierte de que el gobierno tiene que garantizar que, si en el futuro se produce un contagio en algún local, no haya orden de cierre porque sería muy perjudicial para el sector. Por ello, reclama que “la gente tenga dos dedos de frente” a la hora de las salidas a la calle porque, de lo contrario, “nos van a volver a confinar, esto se va a alargar y en esta zona perderemos el verano, que es lo que nos hace salvar la economía”. Su válvula de salvación sería abrir tres o cuatro meses. 

Uno de los aspectos en los que sigue batallando la asociación es conseguir que el Ayuntamiento sea flexible a la hora de cobrar tasas e impuestos. Se ha solicitado que autorice la ampliación de la superficie de las terrazas para poder compensar la probable pérdida de aforo en el interior de los locales y dejar una distancia de seguridad entre las mesas. Además, los hosteleros piden que no se les cobren las tasas de ocupación de la vía pública de 2020, una posibilidad que ya ha sido descartada por el alcalde, Vicent Grimalt, quien ha explicado que en todo caso se darán bonificaciones. 

Por otro lado, el gobierno de la Generalitat va a elaborar unas normas de comportamiento con el fin de regular que los valencianos y los visitantes puedan ir a las playas este verano. “Playas, sí, pero con seguridad", ha indicado Puig.